¡VIVA JESÚS SACRAMENTADO!
06 martes Jul 2021
Posted in Oraciones
06 martes Jul 2021
Posted in Oraciones
06 martes Jul 2021
Posted in Guerra Campos
El 25 de julio, la Iglesia universal festeja al apóstol Santiago. En la ciudad de Compostela, nacida en torno de su sepulcro, se concentran en estos momentos numerosos fieles. Allí, España le honra como a su patrono. Allí confluyen, desde hace más de mil años, innumerables peregrinos de toda la cristiandad. Santiago, Roma y Jerusalén han sido, durante centurias las metas de las mayores peregrinaciones de la Iglesia católica.
Pasados veinte siglos, entre los sepulcros o lugares de los apóstoles, solamente Santiago en Compostela, San Pedro y San Pablo en Roma, conservan vivo todavía un culto resonante; y acaso el de Compostela sea el más afectuoso y el más popular.
¿Qué podemos esperar del apóstol Santiago?
Según un conocido testimonio de la Europa medieval, el motivo principal de atracción para los peregrinos de Santiago era «visitar el cuerpo de un Apóstol que, a su vez, había tenido la dicha de ver y de tocar a Dios hecho hombre» (1). Visitaban a un testigo del Señor.
La Iglesia es apostólica. Está fundada sobre testigos enviados por Jesús. Por ellos enlazamos de un modo sensible con el Hijo de Dios asociado a nuestra historia. Los Apóstoles, por tanto, son piezas básicas en la vida cristiana, ya que ésta no se alimenta sólo de aspiraciones o de teorías, sino de realidades atestiguadas. Todos los apóstoles podrían suscribir estas admirables palabras de San Juan, el hermano de Santiago: «Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos, lo que palparon nuestras manos tocando al Verbo de vida… -la vida eterna, que estaba en el Padre y que se manifestó…-, os lo anunciamos a vosotros, a fin de que viváis también en comunión con nosotros… para que sea vuestro gozo colmado» (2).
NOTAS:
(1) Libef Sancli Jacobi (siglo XII), lib. I, cap. 17.
(2) 1 Jn. 1, 1-4.
06 martes Jul 2021
Posted in Semillicas
* Nuestro Señor Jesucristo vendrá de nuevo a la tierra rodeado de majestad al fin del mundo.
* Para el marxismo, el hombre es materia y lo único importante es lo temporal y lo económico.
* Creo en la vida eterna. La vida temporal pasa volando. Hemos sido creados para gozar eternamente.
* Muchos católicos viendo la confusión reinante en la Iglesia están tristes. No. La gloria de Dios es que hoy nosotros suframos pruebas constantes, siendo felices.
* «Tenemos que volver a educar a nuestros hijos en las ideas de que la vida tiene un propósito trascendente (no subjetivo) de la responsabilidad» (Carlos López).
* Responder desde la frescura de su inmediatez a falacias y mentiras posteriores y actuales. La primera conclusión que se extrae es que Franco suscitaba una admiración que iba más allá de su condición de héroe» (Carmelo López Aries).
* «Concebimos así la ciencia española como esfuerzo de la inteligencia para la posesión de la verdad, como aspiración hacía Dios exclusivamente para la Verdad que nos hace libres para aplicar su esfuerzo intelectual a llevar a Dios dentro de sí» (José Ibañez Martín).
05 lunes Jul 2021
Posted in Artículos
05 lunes Jul 2021
Posted in Hispanoamérica. La verdad
América es la obra de España por derecho de invención. Colón, sin España, es genio sin alas. Sólo España pudo incubar y dar vida al pensamiento del gran navegante, que luchó con nosotros en Granada; a quien ampararon los Medinaceli, a quien alentó, en La Rábida, el Padre Marchena, a quien dispensó eficaz protección mi insigne predecesor el gran Cardenal Mendoza, que halló un corazón como el de Isabel y hombres bravos para saltar de Palos a San Salvador. Sin España no hubiese pasado de sueño de poeta o de remembranza de una vieja tradición la palabra de Séneca: “Algunos siglos más, y el Océano abrirá Sus barreras: una vasta comarca será descubierta, un mundo nuevo aparecerá al otro lado de los mares, y Tule no será el límite del universo”.
Al descubrimiento sigue la conquista. Cuando se funda—ha dicho alguien—no se sabe lo que se funda. Cuando España, el día del Pilar de 1492, aborda en las playas de San Salvador, no sabe que tiene a uno y otro lado de sus naves 10.000 kilómetros de costa y un continente con 40.000.000 de kilómetros cuadrados. Ignora que lo pueblan millones de seres humanos, partidos en cien castas, con una manigua de idiomas más distintos entre sí que los más diversos idiomas de Europa. No sabe que la antropofagia, la sodomía, los sacrificios humanos, son las grandes lacras de Aztecas y Pieles Rojas, Caribes y Guaraníes, quechuas, Araucanos y Diaguitas, No importa: España es pródiga, no cicatera; tiene el ideal a la altura de su pensamiento cristiano; no mide sus empresas por sus ventajas, y se lanzará, con toda su alma, a la conquista del Nuevo Mundo.
Imposible hablar de la conquista y colonización de América. Una epopeya de tres siglos no cabe en una frase; y la obra de España en América es más que una epopeya: es una creación inmensa, en la que no se sabe qué admirar más, si el genio militar de unos capitanes que, como Cortés, conquistan con un puñado de, irregulares un imperio como Europa, o el espíritu de abnegación con que Pizarro, el porquerizo extremeño, vencido por la calentura, traza con su puñal una línea y les dice a sus soldados, que quieren disuadirle de la conquista: “De esta raya para arriba están la comodidad y el Panamá; para abajo, están las hambres y los sufrimientos, pero al fin, el Perú”; o el valor invicto de aquellos pocos españoles que sojuzgan a los indios del Plata, “altos como jayanes—dice la historia—, tan ligeros que, yendo a pie, cogen un venado, que comen carne humana y viven ciento cincuenta años”, fundando la ciudad de Santa María del Buen Aire, hoy la Buenos Aires excelsa; o el celo de Obispos y misioneros que abren la dura alma de aquellos salvajes e inoculan en ella la santa suavidad del Evangelio; o el genio de la agricultura, que aclimata en estas tierras las plantas alimenticias de Europa, que llevarán la regeneración fisiológica a aquellas razas y que hoy son la mayor riqueza del mundo; o el afán de cultura que sembró de escuelas y universidades estos países y que hacía llenar de libros las bodegas de nuestros buques; o aquel profundo espíritu, saturado de humanidad y caridad cristiana, con que el Consejo de Indias, año tras año, elaboró ese código inmortal de las llamadas Leyes de Indias, de las que puede decirse que nunca, en ninguna legislación, rayó tan alto el sentido de justicia, ni se hermanó tan bellamente con el de la utilidad social del pueblo conquistado.