Montserrat
La verdad social
Para una sociedad concebida en estos términos es claro que el vínculo entre libertad de expresión y verdad es solo accidental. En hipótesis, podría reconocer el esfuerzo de búsqueda individual de una verdad también individual. Pero sería, en todo caso, una cuestión, como dicen, de “moral privada”. Por su parte, la verdad podrá ser llamada “social” o “política” solo en términos cuantitativos: en la medida en que la mayoría de los ciudadanos adhieran subjetivamente a ella. Y solo tiene ese alcance: exterior, transitorio y puramente referencial al individuo. La verdad social no tiene alcance cualitativo o comunitario. La verdad social, en realidad, no puede existir. (Julio Alvear Téllez – Verbo)
Un enemigo menos
Lo mismo decimos de la frase de cajón entre periodistas: nuestro estimado colega, o la otra de desearle abundante suscripción, o la más común de sentimos el percance de nuestro compañero, tratándose respectivamente de la primera salida o de la suspensión de un periódico liberal. No debe haber estos compadrazgos entre soldados de tan opuesta bandera como lo son la de Dios y la de Satanás. Al cesar o ser suspendido un periódico de éstos deben darse gracias a Dios porque tenga Su Divina Majestad un enemigo menos: al anunciarse su aparición debe, no saludarse ésta, sino lamentarse como una calamidad. (Sardá y Salvany – El liberalismo es pecado)
Felipe II en Barcelona
¡Oh asombro de los asombros! señores diputados, era el mismo que iba, primero como príncipe, en ausencia de Carlos I, después como Soberano, ¿A dónde? a Barcelona, a reunir Cortes Catalanas, Y ¿Qué hacía allí Felipe II, el absolutista, el tirano? Asombraos vosotros, los que en todo veis separatismo: lee ante los catalanes un discurso, ¡en catalán y en las Cortes de Cataluña! disculpándose de no haber podido ir antes con una disculpa hermosa, expresiva, nada más que en unos renglones -que en aquel tiempo éramos más largos en obras que en palabras-, diciendo que, por las victorias de Lepanto y San Quintín, por su casamiento con la Reina de Inglaterra, no había podido ir antes a rendir pleito homenaje a los fueros de la ciudad condal. (Juan Vázquez de Mella – El Verbo de la Tradición)
El Cielo
Ese Niño me preguntó: ¿Ves la luna y las estrellas? Contesté que las veía y Él me replicó con estas palabras: Aquellas estrellas son las almas de los cristianos fieles y la luna son las almas consagradas. Ves la gran diferencia de luz que hay entre la luna y las estrellas, igual de grande es en el Cielo la diferencia entre el alma de un religioso y la de un cristiano fiel. Y continuó que la verdadera grandeza está en amar a Dios y en la humildad. (Santa María Faustina Kowalska – Diario – La Divina Misericordia en mi alma)
Negar la verdad
Sólo en este sentido son semejantes todos los políticos, sean del sistema o permitidos por el sistema. ¿Qué es si no el relativismo preponderante sino una muestra de un tenebroso populismo totalitario? ¿Y no es el relativismo el mayor engendro de una Modernidad que basa todo lo que pretende imponer como cierto en negar, precisa y contradictoriamente, la posibilidad de que nada pueda ser considerado como la verdad? (Blas Piñar Pinedo – Razón Española)
La conciencia no es fuente del bien y la verdad
Tratar acerca de la conciencia implica entrar en el terreno del fundamento de los juicios morales. La conciencia, afirma Castellano, no puede ser, primero, el resultado de un puro proceso histórico que determinaría los juicios morales, como pretende, por ejemplo Gramsci. En este caso, el hombre “sería objeto y no sujeto del proceso histórico-económico y, por ello, irresponsable de sus acciones”. No habría, en estricto rigor, juicio personal en materias morales. (José Luis Widow – Verbo)
Valores falsos
El entusiasmo en la defensa de una convicción puede muy bien ir vinculado con el espíritu dialogante, flexible y comprensivo cuando se distingue el estar en la verdad y el poseer del todo la verdad. Estar inmerso en la verdad produce plenitud, gozo, entusiasmo. Ser consciente de que la verdad es «polifónica» (R. Guardini), porque la realidad es muy compleja, inexhaurible, colma al hombre entusiasta de humildad y de receptividad frente a los hallazgos de los demás. (Alfonso López Quintás – Manipulación del hombre en la defensa del divorcio)
Proclamar con entusiasmo la verdad que uno profesa significa simplemente mostrar su existencia, como se muestra un «valor que toda persona sensible al mismo puede asumir libremente. El hombre decidido en la defensa razonada y serena de sus convicciones no es en principio un «dogmático» y un «fanático”, como a menudo se dice. Es una persona que vibra con algo que juzga valioso. (Alfonso López Quintás – Manipulación del hombre en la defensa del divorcio)
Precisemos que el liberalismo no acepta, también por principio, la existencia de verdades políticas, sociales y morales. Esto no siempre se reconoce, pero es lo que enseñan la generalidad de los filósofos políticos de esta corriente. En su sociedad abstracta dicen que los hombres, de hecho, no se ponen de acuerdo en una gran cantidad de cuestiones políticas. A partir de ahí dan un salto y sostienen que nunca podrán ponerse de acuerdo, particularmente en aquellas cuestiones políticas basales o esenciales. (Julio Alvear Téllez – Verbo)
Al exponer graves reparos al proyecto de ley divorcista, algunos escritores se cuidan de subrayar que no intentan imponer sus convicciones a los demás. Caen con ello en la trampa estratégica que su mismo lenguaje monta. La verdad no cabe imponerla coactivamente. La verdad se impone ella desde dentro a todo el que funda con la realidad un campo de iluminación. (Alfonso López Quintás – Manipulación del hombre en la defensa del divorcio)
El régimen de la duda alimentado por el liberalismo se opone a la comunidad política que adhiere (a través de variados modos formales e informales de consentimiento) a ciertas verdades políticas y sociales básicas. La contraposición es de principios. Por ello el Estado liberal siempre se ha comprometido a sustentar o garantizar un sistema comunicacional artificioso donde los canales de expresión queden abiertos a las manifestaciones más contrapuestas. La falsedad, la mistificación cuando no el vicio encuentra en estos canales una facilidad inaudita para sugerir, esconder y variar su mensaje en la mente de la población. (Julio Alvear Téllez – Verbo)