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La ley

19 jueves Sep 2019

Posted by manuelmartinezcano in P. Manuel Martínez Cano

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San Moisés

Padre Manuel Martínez Cano mCR.

La Ley eterna

Para ser santo, hemos de imitar a Nuestro Señor Jesucristo, vivir en gracia, aceptar la voluntad de Dios, cumplir su Ley divina.

Ley divina es la que Dios ha dictado por sí mismo. Hay tres clases de leyes divinas: la ley eterna, la Ley natural y la ley divino-positiva.

La Ley eterna es la razón y voluntad de Dios que manda guardar y prohíbe alterar el orden establecido por Él.

Santo Tomás enseña que la Ley eterna: «Es el plan de la divina sabiduría por el que dirige todas las acciones y movimientos de las criaturas en orden al bien común».

Los seres inanimados son dirigidos por Dios por leyes físicas que se cumplen necesariamente, excepto cuando Dios hace un milagro.

Los animales irracionales son dirigidos por Dios por las leyes del instinto que también se cumplen necesariamente.

Las criaturas racionales aceptan y cumplen la Ley eterna usando bien su libertad. Obedeciendo siempre a Dios.

La Ley eterna es el fundamento de toda obligación moral del hombre y de todas las demás leyes, que en tanto serán leyes, en cuanto reflejen con fidelidad la Ley eterna.

Ninguna ley es justa ni racional si no se ajusta a la Ley eterna: «Por Mí reinan los reyes y los jueces administran la justicia. Por Mí mandan los príncipes y gobiernan los soberanos de la tierra» (Prov. 8, 15-16); «toda potestad viene de Dios» (Rom. 13, 1)

La Ley natural

La Ley natural es la participación de la Ley eterna en la criatura racional.

El modo superior de participación en la Ley eterna es propio de la persona humana. Esta Ley natural, grabada por Dios en el corazón de la persona humana, obliga a todas las personas de todos los tiempos.

Cuando la persona humana alcanza el uso de razón, empieza a conocer los primeros principios de la Ley natural («haz el bien, evita el mal» «No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti»), como algo que tiene obligación de cumplir: es la Ley natural subjetivamente considerada. Los principios secundarios de la Ley natural son los Mandamientos de la Ley de Dios. En algunas personas puede darse ignorancia inculpable de estos principios secundarios durante algún tiempo, pero no durante toda una vida normal.

Propiedades de la Ley natural

La Ley natural tiene unas propiedades que la distinguen claramente de otras leyes. Las principales son tres: universalidad, inmutabilidad e indispensabilidad.

Universalidad: La Ley natural es universal, obliga a todos los hombres del mundo, sin ninguna excepción, incluso a los niños. La razón es muy simple: la naturaleza humana es esencialmente la misma en todos los hombres. Las variaciones étnicas, regionales, etc. son sólo accidentales.

La Ley natural es inmutable; nadie puede cambiar nada de la Ley natural. No puede cambiar con los tiempos, ni con las condiciones históricas o culturales, porque la naturaleza humana no cambia con el paso de los años, siempre es la misma.

La Ley natural obliga siempre, no admite dispensa. Ningún legislador humano puede dispensar de la Ley natural, porque es una participación de la Ley eterna que está enraizada en la misma naturaleza de las cosas, tal como las conoce el entendimiento divino, en el que no cabe error ni contradicción.

Cuando una ley civil contradice a la Ley natural, en realidad es sólo apariencia de ley y no hay obligación de cumplirla, sino más bien de rechazarla y oponerse a ella (leyes del aborto, divorcio, etc.).

La Ley divino-positiva

La Ley divino-positiva procede de la libre e inmediata determinación de Dios, comunicada al hombre por medio de la Revelación divina.

En la revelación de la Ley divino-positiva se distinguen dos etapas principales: la Antigua y la Nueva Ley.

La Ley Antigua abarca dos períodos: la época primitiva y la época mosaica. La época primitiva se extiende desde la creación del hombre hasta la promulgación de los Mandamientos de la Ley de Dios. Contenía preceptos como la circuncisión (Gen. 17, 10), unidad e indisolubilidad del matrimonio (Gen. 2, 24), etc.

La época mosaica va desde Moisés y los profetas hasta Cristo Nuestro Señor. Su resumen y compendio más perfecto se encuentra en los Mandamientos de la Ley de Dios, entregados por Dios a Moisés en el monte Sinaí (Ex. 20, 1-17).

La Nueva Ley es la promulgada por Cristo y sus Apóstoles para el bien sobrenatural del género humano. Se halla contenida en el Nuevo Testamento y en la Tradición divina bajo la custodia del Magisterio infalible de la Iglesia Católica.

La Nueva Ley evangélica puede resumirse en el nuevo mandamiento del amor: «Un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros como Yo os he amado» (Jn. 13, 34). Todos los hombres tenemos la obligación de cumplir la Ley divino-positiva.

Las leyes humanas

Leyes humanas son las promulgadas por la legítima autoridad en orden al bien común; son las leyes eclesiásticas y las leyes civiles.

Leyes eclesiásticas son las promulgadas por la autoridad eclesiástica, en virtud del poder legislativo que Cristo dio a su Iglesia para el bien de las almas.

Leyes civiles son las promulgadas por la autoridad política de una nación, en orden al bien común de los ciudadanos.

La ley civil que se opone manifiestamente a la Ley divino-positiva, no obliga en conciencia. Al contrario, es obligatorio desobedecerla por tratarse de una ley injusta que atenta contra el bien común, ya que el bien espiritual es el primer bien de la comunidad.

Las leyes civiles no pueden ser fruto del capricho de la autoridad política ni de lo que diga la mayoría, sino fruto de la razón.

Están obligados a cumplir las leyes humanas auténticas, eclesiásticas o civiles, los súbditos de las autoridades respectivas.

Inspiración divina de la Biblia

12 jueves Sep 2019

Posted by manuelmartinezcano in P. Manuel Martínez Cano

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Jesús enseñando a los doctores de la ley

Padre Manuel Martínez Cano, mCR.

El autor principal de la Biblia es Dios, y el autor secundario el hombre.

Inspiración, en sentido bíblico estricto, es una acción divina o influjo sobrenatural por el cual Dios ilumina el entendimiento del autor sagrado para escribir un libro, y mueve eficazmente su voluntad para que exprese la verdad que Él mismo quiere expresar.

La Sagrada Escritura es la palabra de Dios, y por lo mismo, libre de todo error. La palabra de Dios, que no puede engañarse ni engañar a otros, excluye todo error y contradicción.

Dios, suma verdad, no puede ser autor del error. «La Sagrada Escritura no puede mentir» (San Jerónimo).

En la Sagrada Escritura encuentra la Iglesia su alimento y su fuerza porque en ella recibe la palabra de Dios en toda su pureza. El Padre que está en los cielos sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos por medio de su Palabra.

El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia Católica, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo.

«El desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo» (San Jerónimo).

Dios al inspirar al autor sagrado respeta las cualidades personales y literarias de cada hombre y se acomoda a las circunstancias y ambientes de su época, pero hace que el autor conciba rectamente lo que debe expresar y lo exprese fácilmente.

En la Biblia hay distintos géneros literarios, como hemos visto en la clasificación de sus libros en históricos, didácticos y proféticos; y en cada caso hay que precisar lo que ha querido decir el autor sagrado.

Pero no puede admitirse de ningún modo la libre interpretación de los hechos bíblicos, basándose en unos supuestos géneros literarios, como hacen algunos, como si el autor sagrado, al explicarnos los hechos, pretendiera engañarnos o contarnos fábulas.

La intención del autor es explicarnos la verdad revelada por Dios objetivamente. Por tanto, si algunos hechos de la Biblia se encuentran en tradiciones populares o en alguna narración mitológica de algunos pueblos de la antigüedad, no se puede concluir que hay cosas en la Sagrada Escritura que son un mero ornato poético y simbólico (los árboles del Paraíso, la serpiente tentadora, etc…) como si fueran sólo puras imágenes bíblicas, sin verdadera realidad objetiva. Los autores sagrados narran y explican la realidad.

No se puede admitir, sin ninguna razón sólida, ningún género literario que se aparte del sentido literal histórico de los libros inspirados por Dios.

La Sagrada Escritura goza de una autoridad singular y única entre todos los libros del mundo. No hay libro de la Antigüedad que ofrezca las garantías de historicidad y autenticidad que ofrece la Sagrada Escritura. El autor clásico de quien se conservan mejores documentos es Virgilio. Y de Virgilio sólo conocemos tres códigos unciales. En cambio del Evangelio tenemos doscientos diez. ¡Superioridad aplastante!

De Aristóteles, que vivió trescientos años antes de Cristo, cuyo Tratado de Lógica sigue siendo la base de todo el razonamiento filosófico, el manuscrito más antiguo que conservamos de sus obras es de 1.400 años posterior a él. En cambio, de los Evangelios, existen manuscritos muy próximos a su redacción. El Evangelio de San Juan se escribió en el año 95. Pues bien, el papiro Reylnad que se conserva en Manchester, es una copia del Evangelio de San Juan que, según los científicos, se escribió en el año 130, tan sólo treinta y cinco años después.

De los tres siglos posteriores a Jesucristo han llegado hasta nosotros treinta papiros evangélicos. Es un caso único en toda la Historiografía grecorromana.

El crítico inglés de Literatura Clásica B.H. Streeter ha manifestado que los Evangelios en cuanto a su autenticidad tienen la posición más privilegiada que existe entre todas las obras de la Antigüedad.

Quien no admita lo que dicen los Evangelios, no puede admitir nada de la Historia Antigua, pues los hechos que narran los Evangelios constan con mucho más rigor histórico que todos los demás acontecimientos antiguos que la Historia reconoce como auténticos.

Dos banderas

05 jueves Sep 2019

Posted by manuelmartinezcano in P. Manuel Martínez Cano

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Padre Manuel Martínez Cano, mCR.

San Ignacio de Loyola - Dos banderasAcabo de dar una tanda de Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Y he pensado que, quizás, irá bien que los lectores de Contracorriente mediten unos puntos de la meditación de las dos banderas.

El Santo dice: “El cuarto día, meditación de dos banderas, la una de Cristo, sumo Capitán y Señor nuestro, la otra de Lucifer, mortal enemigo de nuestra humana natura.

El primer preámbulo es la historia. Será aquí cómo Cristo llama y quiere a todos debajo de su bandera, y Lucifer, al contrario, debajo de la suya.

El “demandar” lo que quiero, y será aquí pedir conocimiento de los engaños del mal caudillo, y ayuda para dellos me guardar, y conocimiento de la vida verdadera, que “muestra” el sumo y verdadero Capitán, y gracia para le imitar.

El primer punto es imaginar, “así como si” se asentase el caudillo de todos los enemigos en aquel gran campo de Babilonia, como en una grande cátedra de fuego y humo, en figura horrible y espantosa”.

(El diablo odia a Dios en nosotros. Y como nada puede contra Dios «anda en torno nuestro mirando a quien devorar». Quiere hacernos hipócritas, falsos, soberbios).

“El considerar cómo hace llamamiento de inumerables demonios, y cómo los esparce a los unos en tal ciudad y a los otros en otra, y así por todo el mundo, no dejando “provincias”, “lugares”, estados, ni personas algunas en particular”.

(El único afán del demonio es llevar las almas al pecado y al infierno. Primero las aparta del servicio y amor de Dios. La tentación satánica por excelencia es el desánimo y el pesimismo).

“El considerar el sermón que les hace, y cómo los amonesta “para” echar redes y cadenas; “que” primero hayan de tentar de “cobdicia” de riquezas, como suele, “ut in plúribus”, para que más fácilmente vengan a “vano honor del mundo”, y después a “crecida soberbia”; de manera que el primer escalón sea de riquezas, el 2.º de honor, el 3.º de soberbia, y destos tres escalones induce a todos los otros vicios”.

(Satanás procede gradualmente de lo indiferente a lo pecaminoso. Es fácil comenzar a ceder. Difícil deshacerse de la tentación consentida. No ceder nada. La soberbia es la independencia de Dios).

“El considerar, cómo el Señor de todo el mundo escoge tantas personas, apóstoles, discípulos, etc., y los envía por todo el mundo, esparciendo su sagrada doctrina por todos estados y condiciones de personas”.

(El Señor quiere que todos oigan su llamamiento. No sólo quiere salvarnos eternamente sino que nos «dispongamos a vivir en perfección». Que seamos santos. Y nos envía a evangelizar el mundo).

“El considerar el sermón que Cristo nuestro Señor hace a todos sus siervos y amigos, que a tal jornada envía, encomendándoles que a todos quieran ayudar “en traerlos, primero, a suma pobreza espiritual, y si su divina majestad fuere servida y los quisiere eligir, no menos a la pobreza actual”; a deseo de oprobrios y menosprecios, porque destas dos cosas se sigue la humildad; de manera que sean tres escalones, el primero pobreza contra riqueza, el 2.º oprobrio o menosprecio contra el honor mundano, el 3.º humildad contra la soberbia, y destos tres escalones induzgan a todas las otras virtudes”.

(Lo primero que atrae de Jesús, es su caridad, el amor que nos tiene. Satanás caza a los hombres con redes y cadenas.

Jesús nos dice: «ve, vende cuando tienes y dáselo a los pobres y ven y sígueme». Esta es la bandera de Cristo: la pobreza, oprobios, menosprecios, humildad. Sigamos a nuestro Sumo y eterno Capitán hasta el Calvario, hasta la muerte).

Coloquio: “Un coloquio a Nuestra Señora, porque me alcance gracia de su Hijo y Señor, para que yo sea recibido debajo de su bandera, y primero, en suma pobreza espiritual, y si su divina majestad fuere servido y me quisiere eligir y recibir, no menos en la pobreza actual; 2.º en pasar oprobrios e injurias, por más en ellas le imitar, solo que las pueda pasar sin pecado de ninguna persona ni displacer de su divina majestad, y “con esto” una Ave María.

2.º Coloquio: Pedir otro tanto al Hijo, para que me alcance del Padre, y “con esto” decir Anima Christi.

3.º Coloquio: Pedir otro tanto al Padre, para que Él me lo conceda, y decir un Páter nóster”.

¡VIVA CRISTO REY!

En Roma

29 jueves Ago 2019

Posted by manuelmartinezcano in P. Manuel Martínez Cano

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Sin título 1

Padre Manuel Martínez Cano, mCR.

Nos vamos a Roma. Los acampados en autocares. Los familiares en avión. Durmieron en Villa Fátima. Los acampados en el suelo de los colegios.

Belleza incomparable celestial, de nuestras basílicas e Iglesias. Nadie ha superado el arte católico. Celebramos la Santa Misa en el Gesù de los jesuitas, en San Pedro del Vaticano y en San Andrea delle Fratte. Visitamos las catacumbas. Todo cuando pudimos en tres días completos. Rezamos el rosario a viva voz dando la vuelta al Coliseo. Nuestros jóvenes llamaban la atención por su educación y la bandera española que llevaban en el antebrazo de su uniforme.

Roma estaba en alerta militar. Soldados cada dos por tres, empuñando sus ametralladoras. Les di medallas de la Milagrosa. Todos los militares me lo agradecieron mucho. Lástima, se me acabaron. Al sacristán del Gesù -peruano él- le di una estampa de San Martín de Porres con su reliquia. Se puso más contento que un colegio entero a la salida al recreo. Una buena mujer, madre soltera, de tres hijos, también peruana, me pidió la bendición en una de las hermosas plazas romanas. Vive en Pensilvania.

Salimos de un restaurante y, a dos pasos, me encuentro en su cochecito a un bebé de cinco meses. Le miro y me mira. Le sonrío y me sonríe. Me inclino hacia él y coge la tarjeta de identificación que llevamos colgada al cuello. Bajo mis manos y me las coge con alegría desbordante. Sonreímos. La sonrisa es un lenguaje universal. Sus padres contemplaban la escena embobados.

Estamos esperando el autocar y se me acerca un joven sonriente. Es judío. Vive en Francia y sabe hablar en español. Ha perdido su fe. No asiste a la sinagoga. Le hablo de Edith Stein-Santa Teresa Benedicta de la Cruz. Judía convertida al catolicismo. Martirizada por los nazis. Copatrona de Europa. No sabía nada: A unos metros nos observa su novia. A llegar le dije que era muy guapa. Él se lo tradujo y bajó la cabeza modestamente. Nos despedimos hasta mañana en el Ángelus del Papa.

Y así fue. En aquella inmensa plaza me encontró, tras preguntar a varios de nuestros jóvenes. Seguimos la conversación de la tarde. Parecía que nos conocíamos de toda la vida. Le entregué mi tarjeta con el blog, el Twitter y el YouTube y se puso muy contento.

Hablamos de la Verdad. Le dije que buscara la Verdad: Tu novia es guapa, esa es la verdad. La capital de Italia es Roma, esa es la verdad. Jesucristo dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida». Dios es la verdad.

Sólo vi un sacerdote con sotana. Por cierto muy joven -unos diez con clergyman. Dos de ellos con el cuello abierto. Y bastantes religiosas con sus hábitos. Son más coherentes.

Chicas adolescentes, jóvenes y veteranas vestían a lo paraíso terrenal: piernas, espalda y media pechera al aire libre. La inmensa mayoría de mujeres vestía decentemente. Como Dios manda.

¡Viva los novios! Grite a unos en la plaza de San pedro. El saltó de alegría.

Vamos por la calle y una señora dice junto a mí dos palabras en español. Vio nuestra bandera. Me dijo que había viajado por todo el mundo. Y en todo el mundo había hablado con españoles. Se marchaba de Roma y no había hablado en español. Vive en Madrid. Su madre nació y vivió en Huete (Cuenca) Miren por donde, yo estuve seis años dando clases en el colegio de Huete.

Las calles de Roma, sucias. Muy sucias.

Cuando el Papa Francisco dijo que en la plaza estaba: » la Unión seglar de San Antonio María Claret». Rugieron los leones y las palomicas españolas.

Al campamento del padre Alba

22 jueves Ago 2019

Posted by manuelmartinezcano in P. Manuel Martínez Cano

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Sin título 1

Padre Manuel Martínez Cano, mCR.

Vamos al campamento del Padre alba. Alegría y entusiasmo en los dos autocares. Oraciones, cantos, chistes y habla que te habla. Desayunamos en la Panadella y adelante. Acampados de Tenerife, Mallorca, Jaén, Madrid, Toledo, Alicante, Valencia, Castellón, Tarragona, Gerona, Perú, Guadalajara.

Paramos en Monzón para celebrar la Santa Misa en la Catedral. El párroco me dijo que hasta hace muy poco era de los más jóvenes de la diócesis Barbastro-Monzón. Solo tiene setenta y cuatro años. ¡Jóvenes, hacen falta sacerdotes, muchos sacerdotes!

Por la tarde, visitamos el castillo de Monzón. Vuelvo sobre mis pasos y me siento en un poyo, cerca de la oficina de entrada. En pocos minutos, sale una empleada que ofrece entrar en la oficina con aire acondicionado. Le digo que va mal para mi salud y al instante me saca una silla muy cómoda. Me dice: «Cuando veo un sacerdote con sotana, me viene a la memoria mi hermano sacerdote que está de misionero en Kazajistán.

A los diez minutos, llega otra trabajadora. Entra en la oficina y en un minuto me saca dos botellas de agua fresca y la hermosa revista «Historia viva», de la Asociación de Fiestas recreativas Históricas. Le pregunto: ¿es que estoy en el Cielo?

No. Estamos en España. Tierra de gentes de fe, sencillas y nobles. De la España evangelizadora, espada de la Iglesia, luz de Trento. De la España Católica. La buena mujer nos dijo: «me gusta mucho que los jóvenes vayan con sacerdotes de sotana”.

Los campamentos del padre Alba son fábrica de hombres y mujeres, y taller de santos y santas. El ideal del acampado perfecto es:

Que Jesucristo y María reinen en España y por España en todo el mundo, para que todo el mundo forme así una Cristiandad.

Su postura: Intrepidez en confesar la fe.

Su esfuerzo diario: Una España católica.

Su convencimiento: Estamos en los últimos tiempos profetizados; tiempos de prueba para los hijos de Dios, tiempos de seducción del diablo, tiempos de apostasía.

Su confianza: La Virgen María nos anuncia que está próximo el reinado de su Corazón Inmaculado. El Sagrado Corazón prometió al Beato P. Bernardo de Hoyos que reinaría en España y con más veneración que en otras partes.

Su ilusión: Poder emitir la promesa de los jóvenes de la Unión Seglar y formar en sus filas.

Su fortaleza: La Comunión y el Rosario diario.

Sus gritos de esperanza: Viva Cristo Rey. Viva el Papa. Viva España católica.

Su afán: Ganar nuevos jóvenes para esta santa causa.

Al atardecer, después de arriar banderas ofrecemos una corona ante la cruz de los mártires.

– Señor, escucha nuestra oración.
– Y llegue a Tí nuestro clamor.

OREMOS

Ante la Cruz, Señor, recordamos a todos aquellos que murieron por una España católica y duermen el sueño de la paz. Especialmente te encomendamos a los mártires de la última persecución y a los caídos en la defensa de la fe de España en la última Cruzada.

A todos aquellos que descansan en Cristo, te rogamos les concedas el lugar del refrigerio de la luz y de la paz. Haz que su sacrificio no sea estéril, sino que nosotros, con su ejemplo, mantengamos siempre vivo el afán de servir a la España católica, y por ello a Tí, Rey inmortal, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

– Dales, Señor, el descanso eterno.
– Y brille para ellos la luz perpetua.
– Descansen en paz.
– Amén

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