Padre Martínez

Es extraño comprobar que la palabra “caridad” va desapareciendo en los medios de comunicación mundanos y eclesiales.

La Caridad es amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo por amar de Dios. Por amor a Dios, debemos amar hasta a nuestros enemigos.

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Hay que oír a los ancianos. Uno nos ha dicho: Los partidos políticos no unen a las personas ni la convivencia social; no crean, destruyen lo que otros han construido. Los culpables del desastre de Cuba fueron los políticos. Los militares unos héroes.

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La palabra política encubre muchas mentiras y monstruosidades. La política es el arte de buscar y trabajar por el bien común de la patria.

La poliquiteria es la pasión por el poder, el dinero, los vicios, odio. Todos los partidos contra la Ley de Dios.

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En este mundo manipulado y teledirigido, hay millones de hombres y mujeres que viven en gracia de Dios, santamente, como los santos. Los mártires y los santos de nuestros tiempos. Nuestra Madre del Cielo los protege y cuida constantemente con la revelación del Dios vivo y eterno Padre, Hijo y Espíritu Santo – Jesús vivo en la Eucaristía.

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Hemos conocido la conversión de un joven musulmán que ha oído en su interior “Yo soy la luz del mundo”. Seis horas estuvo hablando, rezando, llorando con un sacerdote. El joven musulmán ha dicho que es maravilloso tener un Padre misericordioso en el Cielo.

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Los diocesillos de carne y hueso modernos han creado su propio árbol de la ciencia del bien y del mal: el parlamento. Unos cuantos representantes de unos pocos partidos políticos que no quiere saber nada de Dios, ni de su Santa Ley.

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Un catedrático de psicología y siquiatría, ha dicho que la llamada psicología profunda es más bien superficial, periférica.

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Es ridículo decir que los padres no deben llevar a bautizar a sus hijos, hasta que estos no se lo pidan ¿Qué hijo a pedido a sus padres que lo lleven al colegio o al médico?

Del bautismo depende la eterna felicidad del Cielo y las gracias en la tierra para ganarlo.