Don Manuel

San Miguel, guía y consolador del pueblo de Israel, ruega por nosotros

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 Un cristianismo nuevo, nunca será el que enseñó Cristo.

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Nuestra vida terrena es fugaz, en el Cielo será plena, eterna.

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El hombre sin Dios se convierte en un monstruo de crueldad.

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El racionalismo corrompe el entendimiento y esteriliza la razón.

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Nuestro Padre es Dios Todopoderoso. El de los politiqueros, el ídolo de turno.

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Cuando vengan tribulaciones o enfermedades, recordemos los dones que Dios hemos recibido.

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Nuestros gozos temporales y pasajeros, serán colmados en el Cielo, eternamente.

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En las democracias «civilizadas», se asesinan millones de niños y niñas inocentes cada año.

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