ESCUDO EPISCOPAL SAIZ

 + Josep Àngel Saiz Meneses

Obispo de Terrassa

El próximo miércoles 28, se celebrará un nuevo consistorio en que serán creados cinco nuevos cardenales: el arzobispo de Barcelona, Mons. Juan José Omella; el arzobispo de Bamako (Mali), Jan Servo; el obispo de Estocolmo, Mons. Anders Arborelius; el vicario de Paksé, en Laos, Mons. Louis-Marie Lingmangkhanekhoun; y el obispo auxiliar de San Salvador, Mons. Gregorio Rosa Chávez. El Consistorio es una reunión de cardenales, convocados y presididos por el Papa, cuyo origen se remonta a los inicios de la historia del presbiterio romano. En él había diáconos que se encargaban de las obras de caridad, presbíteros que presidían las principales iglesias de la ciudad y obispos de las diócesis vecinas a Roma. Los actuales cardenales han sucedido a los miembros del antiguo presbiterio todo como consejeros y colaboradores del Papa en la administración de los asuntos de la Iglesia.

La misión del Colegio Cardenalicio es colaborar con el Papa en el gobierno de la Iglesia y elegir a su sucesor cuando éste fallezca o presente la renuncia. Está compuesto por arzobispos que trabajan en la Curia Romana, arzobispos de sedes mayores en distintos lugares del mundo y otros obispos escogidos por

 el mismo Santo Padre. En su forma actual quedó instituido en el año 1150; cuenta con un Decano y un Camarlengo, que administra los bienes de la Iglesia cuando la Sede de Pedro está vacante. El canon 349 del Código de Derecho Canónico, describe sus responsabilidades: “Los Cardenales de la Santa Iglesia Romana constituyen un Colegio especial cuya responsabilidad es proveer a la elección del Romano Pontífice, de acuerdo con la norma del derecho peculiar; asimismo, los Cardenales asisten al Romano Pontífice, tanto colegialmente -cuando son convocados para tratar juntos cuestiones de más importancia-, como personalmente, mediante las distintas funciones que desempeñan, ayudando sobre todo al Papa en su gobierno cotidiano de la Iglesia universal”.

Los cardenales actúan colegialmente con el Papa a través de los Consistorios, que él convoca y se desarrollan bajo su presidencia. Los Consistorios pueden ser ordinarios o extraordinarios. En el Consistorio ordinario se reúnen los cardenales presentes en Roma, otros obispos, sacerdotes e invitados especiales.

El Papa convoca estos Consistorios para hacer alguna consulta sobre cuestiones relevantes o para dar solemnidad especial a algunas celebraciones. Al Consistorio extraordinario son llamados todos los cardenales y se celebra cuando lo requieren algunas necesidades especiales de la Iglesia o por asuntos de mayor gravedad.

El Papa Benedicto XVI, en el primer consistorio que convocó para la creación de cardenales, el 24 de marzo de 2006, subrayó la actitud de servicio como el distintivo de los cardenales, su total y generosa disponibilidad para servir a los demás, que es el signo característico de quien en la Iglesia está revestido de autoridad, siguiendo el ejemplo de Cristo, que no vino “a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (Mc 10, 45). Resumió con una palabra el sentido de su nueva misión: la caridad, que se corresponde con el color de la sotana cardenalicia: “Que la púrpura con que os revestís sea siempre expresión de la caritas Christi, estimulándoos a un amor apasionado a Cristo, a su Iglesia y a la humanidad. Ahora tenéis un motivo ulterior para tratar de vivir los mismos sentimientos que impulsaron al Hijo de Dios encarnado a derramar su sangre como expiación de los pecados de toda la humanidad”.

Eso es lo que pedimos a Dios para los nuevos cardenales, y de modo especial expreso mi felicitación y la de toda la diócesis a nuestro arzobispo metropolita, cardenal Juan José Omella. Ad multos annos!