P. Manuel Martínez Cano, mCR.
En el camino de la vida cristiana hacia la santidad no debemos menospreciar las cosas pequeñas, sí pequeñas se pueden llamar a las cosas que nos pueden traer tanto mal o tanto bien, porque si no les damos importancia, poco a poco acabaremos en el pecado y retrocederemos en el camino de la perfección. Sigue leyendo
Al volver a España don Claudio Sánchez Albornoz y recapitular su pasado, llegó a decirles a sus amigos españoles, entre los que estaba el poeta José Antonio Muñoz Rojas, que es quien me lo refirió: “Gracias a Dios que la guerra la perdimos los republicanos”. A esa “gracia de Dios” fueron muchas y muy encontradas las fuerzas que contribuyeron y que esperaban una recompensa según su motivación en el esfuerzo de guerra, así que el Caudillo tuvo que templar muchas gaitas, y sobre todo, aún en guerra, la de la Falange y la de la Iglesia. (Aquilino Duque – Razón Española)