El secreto de María
Jamás hay que acudir a Nuestro Señor, sino por medio de María, por su intención y su crédito para con él, de suerte que nunca le hallemos solo cuando vayamos a pedirle.
Finalmente, hay que hacer todas las acciones para María, es decir, que como esclavos que somos de esta augusta Princesa, no trabajemos más que para Ella, para su provecho y gloria, como fin próximo y para gloria de Dios, como fin último. Debe esta alma en todo lo que hace renunciar al amor propio, que casi siempre, aun sin darse cuenta, se toma a sí mismo por fin, y repetir muchas veces en el fondo del corazón: por Vos, mi amada Señora, hago esto o aquello, voy aquí o allá, sufro tal pena o tal injuria. (San Luis Mª Grignion de Montfort) Sigue leyendo