Luego entramos en el locutorio para hablar con las monjas, ellas me contaron todo lo que hacían, yo cada vez estaba más contenta pensando que aquí me quería Dios. ¡Por fin…! había encontrado un sitio donde se rezaba mucho ante el Santísimo Expuesto en una custodia y para colmo había una Virgen guapísima que me decía: quédate aquí con nosotros. Bueno, ésta fue la primera vez que vine a Chauchina, más tarde en otra visita con las monjas quedamos en el día que entraría al Convento, para vivir siempre, siempre en la casa de Jesús y María, me sentía muy feliz.
Madre Rafaela Mª de Jesús Hostia (22)
09 lunes Abr 2018
Posted Artículos - Contracorriente
in