El Escapulario de Ntra. Sñra. del Carmen
19 Jueves Abr 2018
Posted Imagén - Contracorriente
in19 Jueves Abr 2018
Posted Imagén - Contracorriente
in19 Jueves Abr 2018
Posted Mojones
inMontserrat
La vida moral tendrá aquella parte que ordena las pasiones para que ellas sirvan al acto interior del espíritu y no le pongan obstáculos. Los obstáculos aparecen cuando el hombre se vuelca hacia afuera, hacia los objetos de sus pasiones y haciéndose dependiente de ellos. El orden en las pasiones hace posible ordenar los actos que dicen relación con la vida social. (José Luis Widow – Verbo)
El paso del singular al universal. Sin fundamento riguroso alguno -como pudiera ser una encuesta científicamente realizada- se atribuye con frecuencia a millones de personas la opinión que uno ha constatado en grupos extremadamente reducidos. En otros casos se presenta el propio juicio como avalado por encuestas fidedignas. De hecho, sin embargo, algunas de las encuestas aducidas son muy anticuadas, y otras presentan graves defectos de forma. (Alfonso López Quintás – Manipulación del hombre en la defensa del divorcio)
Así los que comprenden claramente la cuestión pueden ver las razones intrínsecas de ella; los que no la comprenden tienen de sobra autoridad extrínseca para formar juicio cabal como debe formarlo en todas las cosas que se rozan con su fe un buen cristiano. Luz no ha faltado por la misericordia de Dios; lo que ha sobrado son indocilidad, intereses bastardos, deseo de ancha vida. No engañó aquí la seducción que deslumbra al entendimiento con falso resplandor, sino la que le obscurece ensuciando con negros vapores el corazón. Creemos, pues, que salvas muy raras excepciones, sólo grandes esfuerzos de ingeniosísima caridad pueden hacer que, discurriendo según rectos principios de moral, se admita hoy en el católico la excusa de buena fe en el asunto del Liberalismo, particularmente en los liberales teóricos. (Sardá y Salvany – El liberalismo es pecado)
Este jueves sentí esta gracia al final de las oraciones; duró excepcionalmente mucho tiempo, es decir, toda la Santa Misa, pensaba que moriría de gozo. En esos momentos conozco mejor a Dios y sus atributos, y también me conozco mejor a mí y mi miseria, y me sorprende que Dios se humille tanto hacia un alma tan miserable como la mía. Después de la Santa Misa me sentía sumergida totalmente en Dios y tenía presente cada mirada suya a la profundidad de mi corazón. (Santa María Faustina Kowalska – Diario – La Divina Misericordia en mi alma)
La existencia de la verdad y la relación esencial que la persona humana tiene en relación con ella, en cuanto ser inteligente y comunicativo, es la piedra angular de la genuina libertad de expresión. Y un criterio inequívoco (no es, sin embargo, el único) para reconocer cuándo este derecho ha sido alterado por el liberalismo. Al respecto, apunta Gil Robles que la concepción liberal de la libertad de expresión se reconoce cuando se reivindica el derecho a la emisión de ideas con independencia de la verdad, sin sujeción a otro criterio de moralidad que la razón individual sólo limitada y regida por la ley civil. (Julio Alvear Téllez – Verbo)
Tenemos una vida peculiar, propia, que cada región en mayor o menor grado conserva; y tiene cada región rasgos comunes con todas las demás. Hay una historia colectiva común y otra propia, particular. Hay que afirmar íntegramente las dos. Yo afirmo el espíritu regional en toda su pureza; pero también digo que si se arrancase una sola historia regional, la común de España queda mutilada y se hace incomprensible. (Juan Vázquez de Mella – El Verbo de la Tradición)
Por eso la “ideología de género” no puede permitir que se conciba la violencia que ella tilda de machista incluida en una violencia doméstica de la que además forman parte, con raíces compartidas, la violencia de mujeres contra varones, de padres contra hijos (alumbrados y por alumbrar), de hijos contra padres ancianos que se han vuelto un estorbo…, víctimas estas no “rentables” ideológicamente, sino todo lo contrario. A la ideología, rígida, inexorable, sólo le importa la consecución de su proyecto. (Manuel Antonio Orodea – Razón Española)
19 Jueves Abr 2018
Posted P. Manuel Martínez Cano
inPadre Manuel Martínez Cano mCR.
El que fue Presidente del Pontificio Consejo de Cultura Cardenal Paul Poupard, a la pregunta del periodista: “Se puede ser católico y nacionalista, ¿no?”, contestó: “No: el nacionalismo cultural implica desprecio o aversión hacia otros. Sí está bien el patriotismo: sentir amor por el propio país. Es la posición ecuánime entre el cosmopolitismo y el nacionalismo cultural”.
El Concilio Vaticano II, en el Decreto ad gentes, dice: “Los cristianos cultiven como buenos ciudadanos, real y eficazmente, el amor a la patria; eviten completamente, sin embargo, el desprecio a otras razas y el nacionalismo exacerbado”. San Juan Pablo II dijo: “El cristiano debe amar su patria terrena. El amor hacia la patria es una virtud cristiana; sobre el ejemplo de Cristo, los primeros discípulos siempre manifestaron una sincera “pietas”, un profundo respeto y una limpia lealtad en relación con la patria terrena”.
Sí, al patriotismo cristiano; no al nacionalismo exacerbado. La virtud del patriotismo nos impulsa a amar la tradición, historia, religión, himno, bandera, etc. de nuestra patria. La virtud del patriotismo nos impone la obligación de amar especialmente a nuestra patria y defenderla hasta el punto de dar la vida por ella, como hicieron nuestros mayores. La patria es nuestra madre. El cristiano tiene el sagrado derecho y deber de amar a su patria. San Juan Pablo II dijo en Polonia: “Me siento un Papa que tiene el sacrosanto derecho de compartir los sentimientos de su patria”.
El patriotismo verdadero no será nunca, como algunos dicen, un ataque o desprecio a las demás naciones. Todo hijo tiene deberes más estrictos para con su propia madre que para las madres de los demás. El amor a la propia madre no impide el respeto y amor a las demás madres. El amor de predilección de nuestra patria sobre todas las demás naciones es perfectamente conciliable con el respeto a todas las naciones y la caridad universal, que nos manda amar al mundo entero.
El cosmopolitismo de los hombres sin patria, que dicen ser ciudadanos del mundo, no es cristiano, Pío XII se quejaba, ya en su tiempo, de que había cristianos que incluso evitaban pronunciar la palabra “patria”, reemplazándola con otros nombres. Amemos a nuestra patria, España, la nación de eterna cruzada: “Gracias sobre todo a esa sin par actividad evangelizadora, la porción más numerosa de la Iglesia de Cristo habla y reza a Dios en español. ¡Gracias España; gracias, Iglesia en España, por tu fidelidad al Evangelio y a la Esposa de Cristo!” Gracias, San Juan Pablo II.