JEAN DUMONT, Historiador francés
ISABEL LA CATÓLICA, LA GRAN CRISTIANA OLVIDADA
Suspendió y desmanteló la Inquisición
Cuando recibió la bula del papa creando la Inquisición antijudaizante (1478), conforme a lo dispuesto por el Concilio de Basilea en 1434, suspendió durante dos años su aplicación. En provecho de una gran campaña apostólica, incluyendo visitas de catequización a domicilio, para conseguir una fidelidad cristiana más efectiva de los numerosos judíos ya convertidos. Solamente cuando los convertidos infieles rechazaron este llamamiento, Isabel nombra a los primeros inquisidores en aplicación de la bula papal. Luego, cuando la expulsión de los judíos hizo desaparecer el terreno donde la infidelidad de los convertidos asentaba sus raíces, Isabel dispuso “la habilitación” general de los judaizantes condenados por la Inquisición, devolviéndoles sus plenos derechos de cristianos y ciudadanos. Así será “rehabilitado” el abuelo de Santa Teresa de Ávila, cuyos hijos serán incluso admitidos en la nobleza castellana por la Cancillería de Isabel.
Todavía más: Isabel desmantela la Inquisición, reduciendo considerablemente el número de sus procesos y suprimiendo la mayoría de sus tribunales. Cuando muere, en el año 1504, “en Castilla sólo quedaban siete tribunales de la Inquisición de los dieciséis que existían anteriormente”, constata hoy el especialista Jaime Contreras. A tal punto que muchos historiadores se preguntan si la Inquisición hubiera subsistido en caso de que Isabel hubiese vivido algunos años más. Así el hispanista francés Joseph Pérez, en su España de los Reyes Católicos de 1971.