
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente. Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».
El Consiliario
* Una antigua alumna ha venido a vernos. Vive en el centro de España. Tiene 38 años, su marido y cinco hijos. Oigan, y más guapa que cuando era alumna. Y sin potingues.
* ¡No hay que hablar del infierno! ¿Por qué?, porque nada lleva más almas al Cielo como hablar del infierno.
* “A diferencia de lo ocurrido en Norteamérica, en Sudamérica el cristianismo y las culturas precolombinas dieron vida a un hombre y a una sociedad realmente nueva respecto a la situación precolombina” (Victorio Messori).
* Escribe un docto autor que la misericordia de Dios precipita más almas al infierno que la justicia divina; porque los pecadores, fiados temerariamente de la misericordia, no dejan de pecar y se condenan.
* “Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada” (Lc 2, 1-7).
* El Redentor prometido es el Hijo de Dios hecho hombre. El Hijo de Dios, siendo Dios eternamente, y, sin dejar de serlo, se hizo hombre en las purísimas entrañas de la Virgen María y nació en Belén.
* Jesucristo tiene dos naturalezas: la naturaleza divina porque es Dios y la naturaleza humana porque es hombre. La naturaleza humana de Jesucristo está constituida por un cuerpo y un alma.