San Ignacio de Loyola, nos advierte que la acción del demonio es “tristar y poner impedimentos”.
Siempre alegres. No nos amarguemos por las cosas pasadas o por futuribles. Dios es nuestro Padre y en su corazón estamos.
Vivamos la voluntad de Dios en la realidad concreta de cada momento, de cada día. Vivamos en la Verdad.
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Dios dijo Jeremías: “A donde yo te envíe irás, y lo que yo te mande, lo dirás. No les tengas miedo, que yo estoy contigo para liberarte”. Nuestro Rey y Señor Jesucristo, nos dice: “No tengas miedo”. Proclamad mi Evangelio y mi Realeza por todo el mundo.
Todos los católicos deberíamos estar en orden de batalla para combatir los nobles combates de la fe. Defendiendo la Ley de Dios, oportuna e inoportunamente. Todos en el lugar que Dios nos ha puesto, en vanguardia o retaguardia. Cristo vencerá a pesar de sus enemigos.
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Una niña de cuatro años le dice a su madre: mamá Dios lo ha creado todo. Si hija mía, Dios lo ha creado todo. También a la familia.
La ideología de género, de origen infernal, quiere destruir la familia. No lo conseguirá. Siempre habrá familias cristianas y humanas.
Recemos para que las familias sean escuelas de santidad. De amor natural y sobrenatural. Puertas de la eterna familia del Cielo.
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Nuestra santa madre Iglesia Católica, nos manda practicar las obras de misericordia. Las espirituales y las materiales.
Debemos enseñar al que no sabe. Porque son las ideas las que corrompen el entendimiento de las personas y las tradiciones de los pueblos.
Enseñemos el evangelio de Cristo. La única verdad que debe regir a los hombres y a las naciones.
