Acabada la guerra mundial, España chocó con la hostilidad de los vencedores, la URSS y las potencias anglosajonas. Casi todo el mundo creyó que estos podrían barrer al franquismo con un soplo, pero el Caudillo se mantuvo firme. Previó antes que Churchill y desde luego que Roosevelt o Truman, que la alianza entre el stalinismo y los anglosajones quebraría, y desafió todos los chantajes y amenazas. Los anglosajones se lo pensaron dos veces antes de intentar una invasión pues, como recordó Churchill, daría lugar a una nueva guerra civil en España, propagable a una Europa hambrienta y en ruinas, como también observó De Gaulle. Stalin lo intentó indirectamente con el maquis, una peligrosa guerra de guerrillas… a la que derrotó asimismo.
Pío Moa – Gaceta en http://gaceta.es/pío-moa