Padre Jesús González-Quevedo, S.I.
Salamanca, 1971
Hoy, que impulsados pm los «Signos de los tiempos», o, por mejor decir, por el Espíritu Santo, dado a la Iglesia (Jn. 14, 16, 25-26) ; hoy, que las distancias entre las distintas familias religiosas, gracias a Dios, se han acortado, la mutua ayuda y e} muto auxilio entre los miembros de un mismo cuerpo, o entre las distintas ramas de un mismo tronco, parece se podrían intensificar y tener más en cuenta. Con razón se ha dicho que el Decreto Perfectae Caritatis del Vaticano II nos señala a todos los religiosos la misma regla suprema, que es el Evangelio (23). Sigue leyendo