Después de la guerra mundial, los países occidentales de Europa se habían convertido prácticamente en protectorados de USA. Es llamativo que los más hostiles a España fueran aquellos como Suecia, Holanda o Francia, donde mayor colaboración habían obtenido los nazis. No tuvieron más remedio que reconocer a Franco, pero siempre con un punto de rechazo, manifiesto en su apoyo al terrorismo de la ETA y otros actos inamistosos. En la cuestión de Gibraltar, el franquismo venció diplomáticamente a Inglaterra en la ONU y ante el incumplimiento de Londres, cerró la verja, convirtiendo el peñón en una ruina para una Inglaterra no especialmente boyante.
Pío Moa – Gaceta en http://gaceta.es/pío-moa
