Disposición de la Sagrada Congregación del Concilio
Algunos principios orientadores han dado los Romanos Pontífices. Fue trascendental la instrucción de la S.C. del Concilio que sigue teniendo actualidad. Esta Sagrada Congregación, encargada por el Romano Pontífice de velar por la pureza de las costumbres cristianas en todo el mundo, se dirige a todas las personas que tienen responsabilidad en la inmodestia de las jóvenes y les urge severamente el cumplimiento de sus obligaciones. A los padres de familia les recuerda la gravísima obligación de procurar a sus hijos la educación religiosa y moral de imprimir en el alma de sus hijas el amor a la modestia y a la castidad con la palabra y con el ejemplo. Que no las permitan vestir indecorosamente, procuren que sus vestidos sean honestos; y con vestidos inmodestos no las permitan presentarse nunca. Mediten los padres el alcance de las palabras: obligación gravísima.
Recalca esta obligación Su Santidad Pío XII dirigiéndose de una manera especial a las madres de familia: «Si supierais qué porvenir de intensos afanes y peligros, de dudas mal comprendidas, de rubores mal contenidos preparáis a vuestros hijos e hijas con la imprudencia de acostumbrarlos a vivir apenas vestidos, haciéndoles perder el sentido ingenuo de la modestia, os avergonzaríais vosotras mismas y temeríais la deshonra que echáis sobre vosotras y el daño que causaríais a vuestros hijos, que el Cielo os ha confiado para, educarlos cristianamente». Obligación gravísima. Daños morales irreparables en los hijos. ¿No es para estremecerse de temor?
A las maestras y directoras de colegios manda la Sagrada Congregación que secunde la labor de los padres; y ellas también metan en el alma de las niñas el amor a la modestia tan hondo, que se muevan con eficacia a vestir honestamente. Manda a las directoras que no admitan en el colegio ni a las niñas ni a las madres de las niñas que no vistan honestamente.
A los directivos de asociaciones piadosas que no admitan en dichas asociaciones a quienes no guarden la modestia en los vestidos; y si algunas están ya inscritas, se las avise; y si no se corrigen, sean expulsadas. Que se funden y fomenten asociaciones que tengan por fin corregir el abuso en los vestidos; y promover con la palabra y con el ejemplo la pureza de las costumbres y la honestidad en el vestir.
A los sacerdotes les manda que a las mujeres vestidas inmodestamente no las permitan acercarse a la comunión ni ser madrinas en los sacramentos de bautismo y de la confirmación; y si es necesario, se las prohíba entrar en la Iglesia.
A los predicadores les repite las palabras de San Pablo a Timoteo: Oportuna e inoportunamente urge, insta, reprende, aprovecha todas las ocasiones. Que cumplan su obligación de inculcar la modestia cristiana aprovechando de un modo especial las fiestas de la Virgen Inmaculada. Ordena por fin: que en las catedrales y en todas las parroquias, el día de la Inmaculada, se eleven oraciones al Cielo con este fin.
Norma de Su Santidad Pío XII
Norma general, muy eficaz si la pusieran en práctica las personas que tengan fe, es la que da Su Santidad Pío XII: «Antes de haceros un vestido, habéis de preguntar a vuestra conciencia cómo lo juzgaría Jesucristo». En asuntos de modestia no consultéis a la modista, ni a vuestras amigas, si no son profundamente cristianas y no tiene bien formado el criterio. Arrodillada a los pies de Jesucristo Crucificado, o delante del Sagrario, dirígete a ti misma unas preguntas y oye con sinceridad la repuesta que te dé la conciencia en nombre de Jesucristo.
Es un vestido para la iglesia. ¿Qué dirá Jesucristo desde el Sagrario cuando me vea entrar con él? Es un traje de calle. ¿Qué te diría Jesucristo si te encontrara en el paseo y te detuviera? Procuras que no te vea el confesor, porque te avergonzarías si te encontrara vestida de este modo ¿qué sentirías si te viera Jesucristo? Es un traje de gala o un bañador. Si murieras de repente con ese traje puesto; y Jesucristo te juzgara vestida así, ¿qué sentencia daría contra ti? Sea cual sea el vestido que te vas a hacer, pregúntate con sinceridad: Al verme con este traje ¿podrá escandalizarse alguno y pecar? Y si pecan otros por mi culpa ¿no caerán en mí las amenazas de Jesucristo a los escandalosos? Si alguno peca por mi causa y se condena ¿yo me salvaré?
Libertades concretas, providencialismo, monarquía, o sea Dios, Patria y Rey, son el meollo de la Tradición de Cataluña mirada desde su estructura interna, que se completan con la cuarta nota típica: el españolismo del Principado, razón de su nacimiento contra los carolingios, causa de su enemiga secular antifrancesa, timbre permanente de su servicio a los ideales comunes de las Españas universas. Ved cómo era español hasta los tuétanos el catalanísimo Jaime I cuando en las cortes aragonesas congregadas en 1264 en Zaragoza enaltece a los catalanes por leales, declarando deber sus reinos después de a Dios “a aquells de Catalunya, que és lo millor regne d’Espanya, lo més honrat y ‘l més noble”. En la Crónica de Bernat Desclot comentase cómo, si los catalanes hubieran perdido la guerra contra los franceses, a fuer de españoles, en su derrota hubiera quedado “ahontada e menysprehada tota la cavallaría d’Espanya”.Pedro el Ceremonioso concibe a España a modo de una Cristiandad menor al narrar en el capítulo IV de su Crónica la ayuda que prestará a Alfonso XI de Castilla en ocasión de la rota del Salado, la necesaria unidad de todos los reyes de España frente al peligro musulmán en mutuo apoyo para “exalçar Crestiandat”. Españoles son los catalanes en labios de Ramón Muntaner representados por aquel Berenguer de Entenza, quien al llegar a Gallipoli fue considerado por uno “dels nobles homens d’Espanya que fill de reino sia”. En la dedicatoria del Regiment de la cosa pública en 1383 Francisco de Eximenis diputa al Principado uno de los pueblos “entre los altres de tota Espanya”.
* Si la persona humana se deja llevar por los instintos se rebaja a ser animal.