Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Artículos - Contracorriente
31 martes Dic 2019
31 martes Dic 2019
Posted Guerra Campos
inD. José Guerra Campos
El octavo día
Editorial Nacional, Torrelara, Madrid, 1973
Consideramos la otra semana un alegato contra la profesión de las verdades de la fe, en nombre de la vida; otros se hacen en nombre de la humildad y de la unidad.
En nombre de la humildad: «no está bien presumir de poseer la verdad»; «nadie posee la verdad entera»; “sería una falsa seguridad”…
Pero la adhesión a las verdades de la fe, cuando es auténtica, es una obediencia humilde, una aceptación de la revelación de Cristo con la actitud de quien recibe un don de Dios. No presumimos de nuestra verdad.
Cuando presentamos la verdad a los demás, no les invitamos a que reconozcan nuestra superioridad mental; sencillamente, les señalamos la presencia de ese don que a todos se ofrece y que todos debemos acoger con humildad gozosa. Mostrar con solicitud la verdad y estimular a su reconocimiento no es atacar la libertad, es favorecerla, fomentando su movimiento hacia el bien, sin ninguna coacción, sin trabar para nada la iniciativa creadora en el ancho campo de lo opinable, y, además, compatible con la comprensión respetuosa hacia quienes buscan de buena fe.
Se habla mucho, incluso entre los creyentes, del riesgo y la aventura de la fe, como si el paso a la fe fuese a manera de un salto desde un lugar tranquilo y luminoso a una zona de oscuridad y de vacío. Es lo contrario: desde la desorientación y la inseguridad, entre las sombras, en la misma noche, descubrimos una luz que nos guía, que nos permite vislumbrar lo que de verdad somos y podemos esperar. La Carta a los hebreos dice que «la fe es una garantía -una firme seguridad- de lo que esperamos» (1). Y el apóstol San Pedro, por su parte, explica que la fe es como «una lámpara que luce en lugar tenebroso hasta que luzca el día y el lucero se levante en nuestros corazones» (2). No es mediodía, pero es mucho más que la noche cerrada.
Notas:
(1) Heb. 11, 1.
(2) 2ª Pe. 1, 19.
31 martes Dic 2019
Posted Semillicas
inPadre Cano, m.C.R.
* Está claro. La democracia moderna es el absolutismo total. Democracia y nada más.
* Una orgía de odio está destruyendo la dignidad humana de hombres y mujeres que se han corrompido.
* El socialista Indalecio Prieto dijo de Franco: «Le he visto combatir en África: es la imagen suprema del valor».
* Es aberrante. La identidad sexual nada tiene que ver con el sexo biológico. La ideología de género es diabólica.
* «Nuestra mediocridad actual (de España) es patente, pero nuestro pasado es glorioso y decisivo» (Carlos Baltés).
* San Francisco Javier decía de las religiones falsas que eran obras del demonio. Hoy siguen siendo obras del demonio.
* La propiedad privada, por derecho natural, es el «derecho de gozar y disponer de cosas de la manera más completa, con tal de que no se haga de ella un uso que esté en oposición con las leyes del Estado, con la voz de la Naturaleza y con los designios de Dios» (Javier De Miguel).