ORDEN DE LOS CABALLEROS TEMPLARIOS

Recapitulada por el P. Cano

– TEMPLARIOS

Los Templarios es la Orden militar más antigua. La fundaron en Jerusalén ocho caballeros franceses (1119) que eligieron como jefe a Rugo de Paganis. A sus votos religiosos añadieron el de defender a los peregrinos cristianos, que era el fin fundamental de las Órdenes militares. Más tarde se dedicaron a la lucha contra los infieles.

El rey Balduino II les regaló un palacio construido, según se creía, en el mismo lugar del templo de Salomón. De ahí les vino el nombre de Templarios o milites templi. Vivían en el espíritu de los canónigos regulares, participando en los oficios divinos, si no se lo impedían sus obligaciones militares.

Este nuevo género de vida de los Templarios encontró grandes dificultades al principio; el pueblo no los consideraba religiosos, por lo que les faltaba el apoyo moral y material de los fieles. Vivían muy austeramente.

San Bernardo les ayudó moral y materialmente. Inocencio II les concedió grandes privilegios y la nueva Orden se fue extendiendo admirablemente.

Tomaron como hábito el manto blanco y cruz roja. Los Templarios serán los que más heroicamente defenderán la causa católica.

– CABALLEROS TEUTÓNICOS

La Orden de los Caballeros Teutónicos se fundó después de la caída de Jerusalén en 1187, con ocasión de la Tercera Cruzada. Caballeros alemanes edificaron en Akon un hospital militar que derivó a Orden militar. Tomaron como hábito manto blanco y cruz negra. Se difundió sobre todo en Tierra Santa y después en Alemania.

De las tres grandes Ordenes militares se formaron sus correspondientes ramas femeninas. Es verdad que estas órdenes militares se dejarn1 arrastrar, a veces, por pasiones demasiado humanas y aun se enfrentaron entre sí por recelos y envidias, pero nadie pone en duda que contribuyeron a mantener el espíritu ideal del caballero cristiano.

– ÓRDENES MILITARES EXTRANJERAS EN ESPAÑA

La entrada en España de las Ordenes militares extranjeras fue motivada por el testamento de Alfonso el Batallador, que dejó herederos de parte de sus reinos a los canónigos del Santo Sepulcro, a los Caballeros de San Juan y a los Templarios.

Al presentarse los representantes de éstas Órdenes, para urgir la ejecución de este testamento, se llegó a un acuerdo. Ellos renunciaron oficialmente a esta herencia, a cambio recibieron diversas plazas en la Península para establecerse en ellas. Calatayud se le asignó a los Canónigos del Santo Sepulcro. Los Caballeros de San Juan recibieron plazas en el alto y bajo Aragón, entre ellas la villa de Caspe.

Los Templarios, que habían entrado ya en España antes del testamento de Alfonso I, recibieron en esta ocasión la ciudad de Daroca y la fortaleza de Monzón en 1143. La Orden arraigó en toda la Península, sobre todo en Aragón, y contribuyó eficazmente en la reconquista española frente al Islam.

– ÓRDENES MILITARES DE CALATRAVA Y ALCÁNTARA

El ambiente religioso y caballeresco de España hizo que surgieran diversas Órdenes militares de origen español.

La Orden de Calatrava la fundó San Raimundo de Fitero; en 1153, junto con varios caballeros cristianos, se ofreció voluntario para defender la fortaleza de Calatrava (Ciudad Real). Un capítulo del Císter les dio una Regla acomodada a los nuevos religiosos caballeros; eligieron como hábito el manto blanco con cruz roja de lirio.

Alejandro III aprobó la nueva Orden en el año 1164. En 1169, el Maestre General puso a disposición del Rey 1200 caballeros para luchar contra los musulmanes.

La Orden de Alcántara tiene su origen en una hermandad de Caballeros que se había comprometido a defender el obispado de Salamanca. La primera aprobación como Orden militar la obtuvieron del Papa Alejandro III, en 1175. El año 1213 los nuevos caballeros recibieron de Alfonso IX de León la villa de Alcántara (Cáceres). Su regla era la misma de la Orden de Calatrava; adoptaron también el mismo hábito, pero con la cruz roja.