
Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Artículos - Contracorriente
21 jueves Jun 2018
21 jueves Jun 2018
Posted in Oraciones


21 jueves Jun 2018
Posted in Artículos - Contracorriente
La historia de la Organización de Naciones Unidas es una historia de fracaso y corrupción. Las expectativas de alcanzar la paz mundial confiando en las meras fuerzas humanas han fracasado una y otra vez, a veces por incapacidad, a veces por malicia. Pero la ONU ha sido mucho peor: no es que no haya evitado un solo conflicto bélico, es que ha jugado un papel clave en la expansión de lo que el Papa ha llamado un nuevo neocolonialismo que impone la cultura de la muerte en amplias regiones del mundo. A esto hay que sumar los casos en los que los abusos por parte del personal de la ONU suponen un escándalo que clama al Cielo. Como los dos casos que acaban de salir a la luz.
El primero nos lleva a Siria, donde dos de las agencias de la ONU que operan en aquel territorio, UNFPA y UNCHR, han ocultado durante siete años los abusos de sus empleados a miles de mujeres sirias. Los abusos, que se iniciaron en 2011, eran propuestos de manera generalizada a las mujeres sirias a cambio de la promesa de agua y alimentos.
El otro caso nos lleva hasta la República Centroafricana, donde el escándalo ha estallado después de conocerse una situación similar: en esta ocasión han sido los cascos azules de la misión de la ONU destinada a proteger a la población de la violencia de las milicias anti-Balaka las que han obligado a miles de mujeres a prostituirse a cambio de alimentos para ellas y sus familias.
La República Centroafricana está en guerra desde 2013 y la mitad de su población, unos 2,4 millones de personas, dependen de las ayudas internacionales. Monseñor Aguirre, obispo de Bangassou, ha sido una de las voces que han denunciado esta situación, añadiendo que no se trata de casos aislados sino de prácticas recurrentes.
Las misiones de paz o las organizaciones no gubernamentales que operan en este tipo de escenarios gozan de una especie de bula moral por la que aparecen como intocables. Pero la realidad es muy diferente, como ya se encargó de recordarnos el escándalo de Oxfam y los abusos sexuales perpetrados en Haití. Ahora salen a la luz los abusos cometidos por las agencias de la ONU. La filantropía laica se muestra incapaz de poner coto a unos abusos que, más que ayudar a las castigadas poblaciones que supuestamente deberían ayudar, las sume en un abismo de corrupción.
21 jueves Jun 2018
Posted in Mojones
Montserrat
Para una sociedad concebida en estos términos es claro que el vínculo entre libertad de expresión y verdad es solo accidental. En hipótesis, podría reconocer el esfuerzo de búsqueda individual de una verdad también individual. Pero sería, en todo caso, una cuestión, como dicen, de “moral privada”. Por su parte, la verdad podrá ser llamada “social” o “política” solo en términos cuantitativos: en la medida en que la mayoría de los ciudadanos adhieran subjetivamente a ella. Y solo tiene ese alcance: exterior, transitorio y puramente referencial al individuo. La verdad social no tiene alcance cualitativo o comunitario. La verdad social, en realidad, no puede existir. (Julio Alvear Téllez – Verbo)
Lo mismo decimos de la frase de cajón entre periodistas: nuestro estimado colega, o la otra de desearle abundante suscripción, o la más común de sentimos el percance de nuestro compañero, tratándose respectivamente de la primera salida o de la suspensión de un periódico liberal. No debe haber estos compadrazgos entre soldados de tan opuesta bandera como lo son la de Dios y la de Satanás. Al cesar o ser suspendido un periódico de éstos deben darse gracias a Dios porque tenga Su Divina Majestad un enemigo menos: al anunciarse su aparición debe, no saludarse ésta, sino lamentarse como una calamidad. (Sardá y Salvany – El liberalismo es pecado)
¡Oh asombro de los asombros! señores diputados, era el mismo que iba, primero como príncipe, en ausencia de Carlos I, después como Soberano, ¿A dónde? a Barcelona, a reunir Cortes Catalanas, Y ¿Qué hacía allí Felipe II, el absolutista, el tirano? Asombraos vosotros, los que en todo veis separatismo: lee ante los catalanes un discurso, ¡en catalán y en las Cortes de Cataluña! disculpándose de no haber podido ir antes con una disculpa hermosa, expresiva, nada más que en unos renglones -que en aquel tiempo éramos más largos en obras que en palabras-, diciendo que, por las victorias de Lepanto y San Quintín, por su casamiento con la Reina de Inglaterra, no había podido ir antes a rendir pleito homenaje a los fueros de la ciudad condal. (Juan Vázquez de Mella – El Verbo de la Tradición)
Ese Niño me preguntó: ¿Ves la luna y las estrellas? Contesté que las veía y Él me replicó con estas palabras: Aquellas estrellas son las almas de los cristianos fieles y la luna son las almas consagradas. Ves la gran diferencia de luz que hay entre la luna y las estrellas, igual de grande es en el Cielo la diferencia entre el alma de un religioso y la de un cristiano fiel. Y continuó que la verdadera grandeza está en amar a Dios y en la humildad. (Santa María Faustina Kowalska – Diario – La Divina Misericordia en mi alma)
Sólo en este sentido son semejantes todos los políticos, sean del sistema o permitidos por el sistema. ¿Qué es si no el relativismo preponderante sino una muestra de un tenebroso populismo totalitario? ¿Y no es el relativismo el mayor engendro de una Modernidad que basa todo lo que pretende imponer como cierto en negar, precisa y contradictoriamente, la posibilidad de que nada pueda ser considerado como la verdad? (Blas Piñar Pinedo – Razón Española)
Tratar acerca de la conciencia implica entrar en el terreno del fundamento de los juicios morales. La conciencia, afirma Castellano, no puede ser, primero, el resultado de un puro proceso histórico que determinaría los juicios morales, como pretende, por ejemplo Gramsci. En este caso, el hombre “sería objeto y no sujeto del proceso histórico-económico y, por ello, irresponsable de sus acciones”. No habría, en estricto rigor, juicio personal en materias morales. (José Luis Widow – Verbo)
El entusiasmo en la defensa de una convicción puede muy bien ir vinculado con el espíritu dialogante, flexible y comprensivo cuando se distingue el estar en la verdad y el poseer del todo la verdad. Estar inmerso en la verdad produce plenitud, gozo, entusiasmo. Ser consciente de que la verdad es «polifónica» (R. Guardini), porque la realidad es muy compleja, inexhaurible, colma al hombre entusiasta de humildad y de receptividad frente a los hallazgos de los demás. (Alfonso López Quintás – Manipulación del hombre en la defensa del divorcio)