D. José Guerra Campos
El octavo día
Editorial Nacional, Torrelara, Madrid, 1973
Vamos a leer una carta que tiene un interés universal y que ilustra autorizadamente lo que ha dicho el Papa de la infiltración extraordinaria del demonio en la hora presente de la Iglesia.
La carta es del cardenal Seper, prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Esta congregación, como las demás, es un instrumento con que se ayuda el Papa para ejercer su potestad suprema de magisterio y de gobierno. Su oficio propio, tal como el Papa se lo ha encomendado, es «tutelar la doctrina de la fe y la moral en todo el mundo católico»; «examinar las doctrinas y opiniones nuevas que se divulguen, promover estudios sobre ellas, reprobar las que fueren opuestas a los principios de la fe» (1). Este año ha publicado, de acuerdo con el Papa, dos declaraciones muy importantes: una sobre Jesucristo y la Santísima Trinidad; otra sobre la confesión y la absolución de los pecados. Las dos salen al paso de opiniones y prácticas desviadas, sostenidas por algunos teólogos y sacerdotes en varias partes del mundo, sin excluir a España
El prefecto de la congregación responde en su carta a un sacerdote de origen croata, como el mismo cardenal, que le había escrito desde los Estados Unidos, señalando los abusos que se cometen en el campo de la catequesis y la formación religiosa.
La carta del cardenal prefecto está fechada hace algunos meses. Por su índole personal y amistosa, es de gran franqueza; por lo mismo, el hecho de que el cardenal haya autorizado su publicación aumenta su importancia. Editada ya en varios países, en España se han referido a ella algunos comentaristas; pero muchísimos lectores no han logrado ver su texto en los órganos de información religiosa. «El octavo día» satisface su legítimo deseo.
NOTAS:
(1) Constitución de Pablo VI Regimini ecclesiae, núms. 29 Y 32.