“La evangelización de América es una de las páginas más gloriosas de la historia de España”.

JEAN DUMONT, Historiador francés

ISABEL LA CATÓLICA, LA GRAN CRISTIANA OLVIDADA

LA LEYENDA NEGRA (XIII)

Post-scriptum

A lo que acabo de decir, y como alimento secundario de este consuelo casi crístico que se merece España, voy a añadir dos constataciones.

Primero, la constatación que el cardenal Suquía, arzobispo de Madrid, donde hablo, ha dicho con valentía lo que muchos de sus hermanos en el episcopado han omitido: “La evangelización de América es una de las páginas más gloriosas de la historia de España”. Lo decía en la propia América, en La Habana, el 6 de septiembre de 1991.

A continuación la constatación de lo que Roma ha dejado bajo silencio: la grandeza que tuvo no sólo la evangelización, sino también la conquista, y el movimiento de amor, de caridad cristiana, que debe llevarnos hacia las dos, porque son una, ha sido maravillosamente puesta de relieve por uno de los descendientes de los conquistados y de los conquistadores. Un poeta de origen surrealista, en absoluto portavoz de la Iglesia, el mexicano Octavio Paz, premio Nobel de Literatura. Estaba en Sevilla, el 29 de noviembre de 1991, y fueron palabras de oro, merecedoras de quedar para siempre centelleantes: “Al contrario que la codicia, decía, que es propia de todo tiempo y de todo lugar, el afán de convertir no aparece en todas las épocas ni en todas las civilizaciones. (Ahora bien) este afán es lo que da fisonomía a esta época de la conquista. En la conquista de América, la política es vivida en función de la religión”. Y también: “Idealizar a los vencidos (de esta conquista) no es menos falaz que idolatrar a los vencedores. Unos y otros merecen nuestra comprensión, simpatía y, digamos la palabra, piedad”.