Padre Cano, m.C.R.
* “El que acepta la voluntad de los más o es un escéptico o uno de esos tibios a quienes en frase del Apocalipsis, el Señor lo vomitará de la boca” (Eugenio Vegas Latapié).
* “Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado” (Salmo 31, 1).
* ¡Qué dulce es vivir así, sólo con Dios dentro del corazón! ¡Qué suavidad tan grande es verse lleno de Dios! ¡Qué fácil debe ser morir así! (San Fray María Rafael Arnaiz).
* “Pido perdón a todos, como de todo corazón perdono a cuántos se declararon mis enemigos sin que yo los tuviera como tales” (Francisco Franco Bahamonde).
* Durante toda la historia de Israel, se ve el amor infinito de Dios a su pueblo, amor misericordioso y gratuito; por medio de los profetas, Israel comprendió que Dios no cesó de perdonarle su infidelidad y sus pecados.
* El amor de Dios a Israel se compara al amor de un padre a su hijo (Os 11, 1), y que su amor es más fuete que el amor de una madre a su hijo (Is 43, 1-7). El amor de Dios a su pueblo vencerá incluso las mayores infidelidades (Ez 16) y llegará a la entrega más generosa, entregando su Hijo a la pasión y la cruz por la salvación de las almas. “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único” (Jn. 3, 16).
* Dios ama infinitamente todo lo bueno y amable: “Tú amas cuanto existe y nada aborreces de cuanto has hecho” (Sab.11, 25). Dios ama a sus criaturas con amor de benevolencia, es decir, Dios ama a las criaturas no con amor interesado, pues nada recibe de ellas, sino con suma generosidad y desinterés.