¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

El Párroco

* “El corazón del sacerdote, para estar disponible a este servicio, a esta solicitad de amor, debe estar libre. El celibato es signo de una libertad que es para el servicio” (San Juan Pablo II).

* Sí, tenemos que razonar, pero no caigamos en el racionalismo que es irracional.

* “El pecado es la mayor de las desgracias, y atrae sobre nosotros todos estos castigos” (Santa Bernardita).

* “En verdad sabe vivir rectamente quien rectamente sabe orar” (San Agustín).

* La fe apostólica en el Espíritu Santo fue definida por el segundo Concilio Ecuménico (año 381) en Constantinopla: “Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre”.

* La Iglesia reconoce al Padre “como la fuente y el origen de toda divinidad” (Concilio de Toledo VI, año 638).

* La Iglesia enseña que “El Espíritu Santo, que es la tercera persona de la Trinidad, es Dios, uno e igual al Padre y al Hijo, de la misma substancia y también de la misma naturaleza. Por eso, no se dice que es sólo el Espíritu del Padre, sino a la vez el Espíritu del Padre y del Hijo” (Concilio de Toledo XI, año 675).