estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré». Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice.
«¡Rabbuní!», que significa: «¡Maestro!». Jesús le dice: «No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, ande, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro».

Padre Cano, m.C.R.

* Una sola gota de sangre de Jesús era suficiente para salvar a toda la humanidad. Los sacerdotes senedritas la despreciaron. Y los judíos andan errantes.

* La primera consagración que reunió los requisitos pedidos por el Sagrado Corazón fue Ecuador, el 25 de marzo de 1874, bajo la presidencia del católico Gabriel García Moreno.

* No todo lo que uno piensa es verdad. Jamás se me ha ocurrido escribir mal del Papa. San Ignacio nos enseña a “salvar la proposición del prójimo”. Criticar es fácil; calumniar, también.

* “Quiero agradecer a cuantos han colaborado con entusiasmo, entrega y abnegación en la grande empresa de hacer una España unida, grande y libre” (Francisco Franco Bahamonde).

* Todo lo que Dios obra fuera de sí mismo (creación, redención, santificación, etc.) lo obran en común las tres divinas personas. Pero la creación suele atribuirse al Padre, la redención al Hijo y la santificación al Espíritu Santo.

* Crear es producir una cosa de la nada. Todo cuanto existe ha sido sacado de la nada por Dios, porque sólo Él tiene poder infinito para sacar algo de la nada. No existe nada que no deba su existencia a Dios.