Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis».
La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a quien Jesús amaba le dice a Pedro: «Es el Señor». Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque rio distaban de tierra más que unos doscientos codos, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger». Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Vamos, almorzad». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de resucitar de entre los muertos.

Padre Martínez Cano, m.C.R.

* “Lo único que quiero es dar gloria a Dios, amarle, servirle… Procuraré ser un oblato santo” (San Rafael Arnaiz).

* Señor enséñame ver la vida como la veré en la hora de mi muerte.

* “Todo el que condena, se condena porque quiso. Nadie se condena a la fuerza, todos se condenaron voluntariamente, pero se podían haber salvado, si hubiera habido alguien que se hubiera sacrificado, orado y reparado por ellos” (Padre Alba).

* En la bendición de unos de sus locales de beneficencia, Santa Teresa de Calcuta se salió de la capilla donde se iba a celebrar la Santa Misa. El sacerdote se dirigía al altar sin casulla. Le preguntaron si estaba enferma. La madre Teresa contestó: “No. es que estoy convencida que un sacerdote que no cumple con las normas litúrgicas pueda predicar algo que me interese”.

* Dios no sólo ha creado el mundo, sino que lo sigue conservando. Si Dios no conservara el mundo todos los seres dejarían de existir. La Providencia divina es el cuidado amoroso con que Dios conserva y gobierna las cosas, especialmente a las personas.

* Darwin, teorizante de la evolución, dijo: “Jamás he negado la existencia de Dios. Pienso que la teoría de la evolución es totalmente compatible con la fe en Dios. El argumento máximo de la existencia de Dios me parece la imposibilidad de demostrar y comprender que el universo inmenso, sublime sobre toda medida, y el hombre, hayan sido fruto del azar”.

* Dios creó el mundo para manifestar su gloria. En la creación se manifiestan las perfecciones divinas con la consiguiente glorificación de Dios. “Los cielos pregonan la gloria de Dios y el firmamento anuncia las obras de sus manos” (Sal 19, 2).