Mossèn Manel

* El trabajo espiritual a que llama San Ignacio es luchar contra nuestras afecciones del desordenada para alcanzar la santidad y conquistar todo el mundo para Cristo.

* “Que nos ayude y nos enseñe a ser también nosotros mártires, con o sin derramamiento de sangre. Pero ofrecidos como víctimas y en perfecto holocausto, por la Iglesia y por las almas todas, empezando por las de los jerarcas de turno y nómina” (José Luis Aberasturi).

* Satanás siempre ha querido destruir la Iglesia Católica. Jamás lo conseguirá. Durante dos mil años la Iglesia ha sido “signo de contradicción” y lo será hasta el Juicio Universal.

* La Iglesia Católica es la gran bienhechora de la humanidad.

* El dogma de la Virginidad de María afirma la integridad corporal de María no sólo en la concepción, sino también en el acto de dar a luz a Jesús. Así como un rayo de sol atraviesa un cristal sin romperlo ni mancharlo, de la misma manera el Sol de Justicia, Cristo Nuestro Señor, salió del seno de María guardando su integridad virginal.

* La Sagrada Escritura revela implícitamente la virginidad perpetua de María en el relato de la crucifixión cuando Jesús encomienda su Madre a la protección de San Juan: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Jn 19, 26). Porque si María hubiese tenido otros hijos, Jesús no hubiera entregado a su Madre a Juan.

* Los “hermanos de Jesús”, de los que habla el Evangelio sólo son parientes de Jesús. Nunca se les llama “hijos de María”. Veamos un ejemplo. El evangelista San Mateo narra un hecho extraordinario de la vida de Jesús y las gentes, asombradas, comentan: “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su Madre no se llama María y sus hermanos Santiago y José?” (Mt 13, 55).