No olvidemos nunca: frente al sufrimiento de mucha gente agotada por el hambre, la violencia y las injusticias, no podemos permanecer como espectadores. Ignorar el sufrimiento del hombre, ¿qué significa? ¡Significa ignorar a Dios! Si yo no me acerco a ese hombre, a esa mujer, a ese niño, a ese anciano o a esa anciana que sufre, no me acerco a Dios.
Cardenal Robert Sarah
Por desgracia, lo que dices es parte de una ideología contemporánea que se encuentra entre las más peligrosas -es decir, «sólo ser bueno». Esto presupone que cualquier contenido veraz es pisoteado y refutado. Esto nos lleva a considerar todo como «bueno», falsificando de esta forma incluso todo lo que es realmente parte de la vida del hombre. Un filósofo contemporáneo importante, Fabrice Hadjadj, ha acuñado una fórmula brillante, hablando de las «herejías de la caridad» del hombre moderno, que confunde la caridad con el simple deseo del bien (en el mejor de los casos) o la limosna (en el peor de los casos). Pero la caridad es el amor de Dios: por lo tanto, «somos» caridad, y damos testimonio de la caridad hacia los demás porque Dios nos amó primero.
Cardenal Ennio Antonelli
El papa nos ha hecho ver lo bien que uno se siente al estar en esta Iglesia viva. La Iglesia está viva gracias a la gente. Ustedes deben prestar más atención a esta Iglesia viva, antes que detenerse en cuestiones marginales.
Cardenal Ricardo Ezzati
Lo importante es que los pastores, seamos pontífices en el sentido de ser puentes, para que Jesús se encuentre con todas las personas y las personas se puedan encontrar con Jesús.
Cardenal Fernando Sebastián
Sí, hay esperanza porque Jesús es el Evangelio, es la verdad, y porque los hombres estamos hechos para creer en el Evangelio de Jesús no en las mentiras de los hombres. Estamos hechos para encontrar la felicidad en la bondad, la verdad, el servicio, las bienaventuranzas de Jesús y no en el vicio que nos quieren poner por delante como si fuera la verdadera libertad.
Cardenal Joâo Braz de Aviz
La iglesia es la cosa más bella que recibimos del señor. Porque cuando Dios encontró al hombre lo hizo en la grandeza. Cuando el Hijo de Dios vino entre nosotros Él se hizo pequeño, se hizo, niño, de nuestro tamaño. Escondió su divinidad para poder encontrar nuestra humanidad. Después acabó escondiendo su humanidad para quedarse con nosotros en la eucaristía.
