No hace mucho, una amiga se encontró en una situación un poco rocambolesca, y se explayó conmigo. Había pedido confesión a un sacerdote antes de la Santa Misa, y el sacerdote se la negó. Acabada la liturgia mi amiga insistió, y entonces el sacerdote la escuchó en confesión, alegando para su negativa anterior que era hora de empezar la celebración y no había tiempo de confesar. Pero cuál sería su sorpresa cuando el sacerdote le dijo que hoy día casi nadie comete pecados mortales y le preguntó que quién le había dicho que tenía que confesar los pecados que estaba confesando (evidentemente no me dijo cuáles eran, ni pregunté). Mi amiga me decía que no se sentía muy tranquila con la absolución recibida, que no era la de la fórmula tradicional que le dan otros sacerdotes, sino un simple “yo te perdono tus pecados”, y que estaba considerando volver a confesarse con otro sacerdote. Sigue leyendo
A propósito de la confesión
04 sábado Jun 2016
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