La llamada transición, es decir, la transformación del régimen de Franco en una partitocracia, llevó aparejadas altas dosis de anestesia moral.
Pablo Molina
La ausencia de valor patriótico, estructural en la izquierda, vergonzante en la derecha, ha desarmado moralmente a una sociedad que se enfrenta hace lustros a un fenómeno violento totalitario, sin parangón en las naciones civilizadas.
Pablo Molina
No hay que ser muy sagaz para comprender que los terroristas no atentan contra la forma política del Estado, pues si así fuera, el terrorismo hubiera acabado con la muerte de Franco. Por el contrario, resulta evidente que lo que provoca el odio separatista es la supervivencia de la nación española… Los terroristas no asesinan para deteriorar una democracia en la que no creen, sino para destrozar España.
Pablo Molina
¿Quién podrá decir que en la meseta del régimen estabilizador de Franco se conculcaron las libertades civiles, que son, como suele explicar Dalmacio Negro, las verdaderamente decisivas?
Pablo Molina
El problema es que la libertad está, en verdad, amenazada en España por todas partes.
Libertad Digital
Al final nos encontramos en el mundo de hoy con una verdadera apostasía de la esperanza.
Gregorio Celades Luengo O.P.
En la ideología no cabe la verdad, no sólo es que ésta deba ocultarse deliberadamente para llegar a determinados fines, sino que además es la negación de la Verdad, expresada con mayúsculas: ¿Como decirle al individuo que esta forma de participar en política le aleja de su fin esencial, le aleja de Dios, le hace aceptar como menos malo la negación de la vida, no sea que pongamos en peligro el sistema?
Consuelo Martínez Sicluna
La ideología precisa de la reducción: no se puede permitir la honestidad, ni la búsqueda de la verdad, ni el retorno a la metafísica, ni apelar al vínculo con Dios.
Consuelo Martínez Sicluna
La Iglesia tiene que recuperar el sentido de la autoridad que, en su caso, va unida a la idea de servicio.
Dalmacio Negro
Pero si hay que darle al César lo que es del César, no podemos olvidar que el César es también de Dios.
Agustín Arredondo S.I.