iglesiaMª Pilar Frigola

Pienso, y creo muy de veras, que la religión católica es la mejor del mundo. Naturalmente -dirán muchos- que crees eso, si eres católica. Y es verdad. Pero es que he llegado a esa conclusión a los 40 años, no a los 8 (en realidad a los 8 creía, ingenua de mí, que la religión católica era la única del mundo). Y lo creo en aplicación de la máxima evangélica: “Por sus frutos los conoceréis”.

Por un lado, los frutos de caridad que ha dado la Iglesia en todo el mundo, no sólo hoy en todos los países a los que ha llegado, sino a lo largo de toda su historia. La Iglesia fue la primera en atender a los necesitados, acoger a los huérfanos, curara a los leprosos y otros enfermos considerados incurables, crear escuelas para niños pobres y ofrecerles un futuro mejor al darles la opción de aprender un oficio o recibir una formación, fue la que cruzó el mar hasta tierra de moros para redimir cautivos, se ocupó del bienestar de los esclavos y trató de regenerar y proporcionar una vida más digna a prostitutas y delincuentes.

De otro lado, los frutos de caridad que NO HAN DADO las demás religiones y sectas. Antes de Cristo, nadie se preocupaba de ninguna de esas cosas a no ser de forma interesada, por dinero o prestigio. Después de Cristo, las religiones falsas tampoco se han ocupado de ello. Aún hoy, muchas sociedades paganas se despreocupan de un niño caído en la calle, algo impensable en la vieja Europa cristiana (he visto un video en youtube de un niña de unos dos años atropellada en la calle ¡tres veces por dos vehículos que se van sin ni parar! en una ciudad de la China, y pasan por su lado 18 personas que la ignoran antes de que alguien haga algo). En muchos lugares donde la Fe en Cristo tiene solo una presencia testimonial, los pobres, los niños desamparados, las viudas sin recursos, mujeres que viven solas y no pueden sustentarse, no tienen ayudas de ningún tipo, ni privadas ni estatales, porque a nadie preocupan. He oído a varios misioneros relatar esto. Dicen que en Europa, donde las sociedades -aunque hoy apóstatas en gran medida-tienen un sustrato cristiano de siglos, esa indiferencia es impensable e incomprensible, más aún, inimaginable (nos cuesta creer que esa indiferencia exista en otros lugares). Pero es una realidad sangrante en las sociedades paganas, en las sociedades en que no existe una tradición cristiana. Y esa indiferencia por la desgracia y el dolor ajeno persisten hasta que llega un misionero y empieza a actuar. Entonces, y solo entonces, alguno de los NO cristianos reacciona y ayuda. Pero muchas veces no lo hace por caridad ni por altruismo, sino por vergüenza, porque unos extranjeros hacen más por su pueblo y por su gente que los propios.

He leído relatos de conversos de otras religiones, y muchos relatan una sociedad donde el niño es tratado sin ninguna consideración y con mucha dureza en escuelas y orfanatos, donde se les corrige a palos. Una sociedad en que la mujer, por ejemplo, no puede tener propiedades, y si queda viuda o es abandonada por su marido, aun cuando tenga hijos, su única opción de supervivencia es la mendicidad. Vi otro video en youtube en que a un niño de unos 6 años que robaba un trozo de pan en un puesto del mercado le obligaban a poner un brazo en el suelo y pasaron una furgoneta por encima… ¡por robar pan! En cualquier país cristiano, un adulto que ve a un niño robar pan le coge de la mano y le compra una barra, y según cuál sea la situación del niño y de su familia, tal vez algo más.

¿No son todos estos hechos razones objetivas suficientes para considerar que la Religión Católica es la mejor del mundo, simplemente porque sus frutos son mejores?