El secreto de María
El gran molde de Dios, hecho por el Espíritu Santo, para formar al natural un Dios-hombre, por la unión hipostática, y para formar un hombre-Dios por la gracia, es María. Ni un solo rasgo de divinidad falta en este molde; cualquiera que se meta en él y se deje manejar (1)
(1) Nada le falta a María: es molde perfecto y divino presto siempre a recibir a las almas, para transformarlas en Jesucristo. De nuestra parte sí que falta con mucha frecuencia una disposición que es indispensable; no estamos bastante flexibles, bastante manejables para la acción de María. A la verdad no nos damos sino muy poco, muy parcialmente y con la mucha actividad natural, y por eso Jesús está todavía poco formado en nuestras almas. Entremos con sencillez, pero entremos francamente y sin reserva en María y llegaremos pronto a ser santos.
Recibe allí todos los rasgos de Jesucristo, verdadero Dios; y esto de manera suave y proporcionada a la debilidad humana, sin grandes trabajos ni agonías; de manera segura y sin miedo de ilusiones, que no tiene aquí parte el demonio, ni tendrá jamás entrada donde esté María; de manera, en fin, santa e inmaculada sin la menor mancilla de culpa. (San Luis Mª Grignion de Montfort)
La mujer
Edith Stein
La narración más extensa sobre las relaciones entre hombre y mujer la tenemos en las cartas de San Pablo. Un párrafo muy discutido es el de 1 Cor. 11, 3ss.: «Pues bien: quiero que sepáis que la cabeza de todo varón es Cristo, y la cabeza de la mujer el varón, y la cabeza de Cristo, Dios. Todo varón que ora o profetiza velada la cabeza, deshonra su cabeza. Y toda mujer que ora o profetiza descubierta la cabeza, deshonra su cabeza; es como si se rapara (1 Cor. 11, 5). El varón no debe cubrir la cabeza, porque es imagen y gloria de Dios, más la mujer es gloria del varón (1Cor. 11, 7). Pues no procede el varón de la mujer, sino la mujer del varón; ni fue creado el varón para la mujer, sino la mujer para el varón (1 Cor. 11, 8-9). Pero ni la mujer sin el varón, ni el varón sin la mujer, en el Señor. (1 Cor. 11, 11)
El hombre nuevo democrático
Este birlibirloque genial se logra, como hacía notar Comte, a través de la educación y la propaganda. Y es que, como afirmaba Sartori en Homo videns, “la voluntad informada del pueblo puede ser también su voluntad menos auténtica”. En efecto, las masas no piensan de forma autónoma, sino que asimilan cual rumiantes la alfalfa que se les suministra a través de los mass media, presentada siempre como si fuera su propio pensamiento. Para ello, la propaganda actúa con eslóganes y consignas sobre sentimientos, deseos y emociones, de tal modo que el pensamiento quede eludido (y, a la vez, paulatinamente atrofiado) y la voluntad sea más fácilmente doblegada (y, a la vez, exaltada). (Juan Manuel de Prada – VERBO)
Europeísmo
Y en Wloclaweck el día 7 de junio de 1991, el Papa clamaba contra el “europeísmo” y se indignaba antes quienes manifestaban que Polonia tenía que “entrar en Europa”: “No dejarse arrastrar en toda esta civilización del deseo y del placer, que prevalece en medio de nosotros, autodenominándose «europeísmo», que prevalece en medio de nosotros aprovechando los diversos medios de transmisión y seducción”. Y añadía, para que no hubiera duda alguna sobre el rechazo que una tal civilización ha de merecer a un cristiano: “¿Es ésta la civilización, o más bien la anti-civilización? ¿La cultura, o más bien la anti-cultura? Aquí es necesario retornar a las distinciones elementales. En efecto, la cultura es lo que hace al hombre más hombre. No lo que «consume» su, humanidad”. (Juan Pablo II, Desde Polonia…, pág 66). (Estanislao Cantero – Verbo)
Amor benevolente
«No fue engañado Adán sino la mujer que seducida incurrió en la transgresión”. (1 Tim. 2. 14)
La más vehemente de las pasiones, la más dificultosa de regir es la pasión del amor. Por amor Adán obedeció la voz de su mujer y quebrantó el mandamiento de Dios, comiendo del árbol vedado. No es de creer que siendo Adán dotado de una gran sabiduría pudiese ser engañado creyendo que si comía de aquella fruta sería como Dios.
Adán se excusó ante el Señor: «La mujer que me disteis por compañera me dio esa fruta y la comí». Cobró tanto amor y afición a su mujer que, por no contrariarla, hizo lo que le pidió. Fue vencido por la pasión del amor.
No fue vencido de la sensualidad y concupiscencia de la carne, dice san Agustín, porque entonces no había rebelión en ella, sino llevado de un amor y benevolencia amigable. (Jaime Solá Grané – La castidad, ayer y hoy)
Homosexualidad y esperanza
Los pediatras necesitan conocer los síntomas de la Desordenada Identidad de Género (GID – Gender Identity Disorder) y de la anti-masculinidad juvenil crónica. Dada la identificación y la intervención tempranas, hay buenas razones para esperar que el problema pueda ser resuelto en forma satisfactoria. (Zucker 1995; Newman 1976) Mientras que la razón principal para tratar a niños es para aliviar su infelicidad presente (Newman 1976; Bradley 1998; Bates 1974), el tratamiento de la Desordenada Identidad de Género y de la anti-masculinidad crónica juvenil puede prevenir el desarrollo de la atracción sexual por el mismo sexo y los problemas asociados con la actividad homosexual en la adolescencia y la edad adulta. (Asociación Médica Católica – AMCA)
Juicio particular y universal
El cristiano sabe que venimos de Dios, en definitiva, por medio de los padres. Que terminada la existencia temporal, el alma espiritual, simple e inmortal, tendrá que dar cuenta a Dios, en el juicio particular, y en el juicio final para toda la humanidad, de cómo ha discurrido su vida, si en gracia o apartado de Dios. Y como que el hombre nace y se desarrolla en la sociedad, la gloriosa primogenitura de hijos de Dios por encima de todas las cosas materiales ofrece las grandes motivaciones de lo que llamamos el orden natural, o sea, aceptar la realidad y la esencia del propio hombre y de la sociedad, sin menoscabo de los cambios accidentales. Niegan el orden natural los materialistas, los relativistas, los existencialistas. (Mn. José Ricart Torrens – Catecismo Social)
