Padre Manuel Martínez Cano mCR.
Tiempos recios son estos, decía Santa Teresa de Jesús. Tiempos satánicos son los nuestros, decimos nosotros. Muchas mentes están endemoniadas. En nombre de la Iglesia se predican herejías y se cometen sacrilegios horrendos con la Eucaristía.
El Papa Francisco escribe un documento. Al, y cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y seglares, lo entiende de modo diametralmente opuesto, contradictoriamente. Que yo recuerde, esto nunca ha ocurrido en la Iglesia.
Para el historiador norteamericano, la guerra civil trajo consigo la revolución obrera «más amplia y prácticamente la más espontánea de las ocurridas en ningún país europeo, Rusia incluida”. El alzamiento fue, de hecho «una sublevación preventiva» contra el gobierno frente-populista y, en general, contra el proceso revolucionario. El bando nacional fue tan plural como el revolucionario; era «un amplio conjunto de fuerzas que iban desde los liberal-conservadores hasta los carlistas». Así, pues, no se trató de un conflicto entre fascismo y democracia sino entre revolución y contrarrevolución. (Pedro Carlos González Cuevas – Razón Española)