Me entregué
Poco después del día feliz de la Primera Comunión empezó la guerra de España. Al padre de Mari Carmen lo mataron. ¡Qué pena tan grande! La madre con sus cinco hijos y la abuela tuvieron que salir de Madrid y llegaron a San Sebastián.
Allí empezó Mari Carmen a ir al colegio y al año siguiente fue interna a otro colegio en un pueblo llamado Zalla (Bilbao). Se aplicaba muchísimo. Era muy obediente, amable y servicial con sus profesoras y compañeras.
En vacaciones volvía muy contenta a reunirse con su madre, su abuela y sus hermanos, pero seguía echando mucho de menos a su padre, aunque Mari Carmen había perdonado a los que le mataron y rezaba siempre por ellos, para que se arrepintieran y pudieran ir al Cielo.