Me entregué

Mari Carmen - 7.pngPoco después del día feliz de la Primera Comunión empezó la guerra de España. Al padre de Mari Carmen lo mataron. ¡Qué pena tan grande! La madre con sus cinco hijos y la abuela tuvieron que salir de Madrid y llegaron a San Sebastián.

Allí empezó Mari Carmen a ir al colegio y al año siguiente fue interna a otro colegio en un pueblo llamado Zalla (Bilbao). Se aplicaba muchísimo. Era muy obediente, amable y servicial con sus profesoras y compañeras.

En vacaciones volvía muy contenta a reunirse con su madre, su abuela y sus hermanos, pero seguía echando mucho de menos a su padre, aunque Mari Carmen había perdonado a los que le mataron y rezaba siempre por ellos, para que se arrepintieran y pudieran ir al Cielo.

Llegó la primavera de 1939. Era en vacaciones de Semana Santa. El Jueves Santo, día en que Jesús celebró con sus Apóstoles la “Ultima Cena”, y en ella, cogiendo un trozo de pan, les dijo: “Tomad y comed, esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros…”

Ese día iba Mari Carmen a Misa con su abuela. Debía de ir pensando en aquello de que Jesús se “entregaba” por todos…

Antes de entrar en la iglesia hizo su pregunta:

-¿Qué es entregarse, abuela?

-Es darse del todo al Señor para ser toda suya.

-¿Me entrego, abuela? -siguió preguntando Mari Carmen.

-Sí, entrégate -le respondió la abuela.

Después de comulgar estuvo Mari Carmen un buen rato muy recogida hablando con Jesús. Mari Carmen se entregaba a Él para lo que quisiera. Seguramente por los que mataron a su padre, para que también ellos fueran al Cielo.

Al salir de la iglesia dijo muy contenta:

– “¡Abuela, convídame a pasteles!”

Era una manera de celebrar aquel gran día.

Autografia de Mari Carmen - 7En un cuaderno muy íntimo escribió:

“Me entregué en la Parroquia del Buen Pastor, 6 de abril, de 1939”.

Cerró el cuadernito metiéndolo en un sobre que cerró con muchos papeles de sellos y escribió encima varias veces: “Privadísimo, Privadísimo”.

Allí encerraba su gran secreto. Sólo después de su muerte se descubrió.