Terapia y doctrina católica
Debiera señalarse que los católicos no pueden apoyar formas de terapia que fomentan el reemplazo de un pecado sexual con otro. (Schwartz 1984) Algunos terapeutas, por ejemplo, no consideran a un paciente como “curado” hasta que pueda envolverse cómodamente en actividades sexuales con el sexo opuesto, aunque el paciente no esté casado. (Masters 1979) Otros estimulaban al paciente a masturbarse empleando imaginaciones heterosexuales. (Blitch 1972; Conrad 1976).
Para un católico con atracción hacia su mismo sexo, la meta de la terapia debiera ser la libertad de vivir castamente de acuerdo a su estado en la vida. Algunos de los que han bregado con atracción por el mismo sexo creen que están llamados a una vida de celibato. No debiera hacérseles creer que han fracasado en el intento de adquirir libertad, porque no experimenten deseos sexuales por el sexo opuesto. Otros pueden querer casarse y tener hijos. Hay buenas razones para esperar que muchos van a poder alcanzar esta meta a su debido tiempo. Sin embargo, no debiera estimulárselos a precipitarse a un matrimonio, ya que hay abundante evidencia de que el matrimonio no es cura para la atracción por el mismo sexo. Con la ayuda poderosa de la gracia, los sacramentos, apoyo de la comunidad y un terapeuta con experiencia, un individuo bien decidido debiera ser capaz de alcanzar la libertad interior que Cristo ha prometido.
Terapeutas experimentados pueden ayudar a individuos a descubrir y comprender las causas profundas de los traumatismos emocionales que dieron origen a la atracción por el mismo sexo y poder seguir la terapia que va a ayudar a resolver ese problema. Hombres que experimentan atracción por su propio sexo, a menudo descubren que su identidad masculina fue afectada negativamente por sentimientos de rechazo por parte de su padre, o de sus iguales, o de una imagen corporal pobre que resulta en tristeza, rabia e inseguridad. Al mejorar el sufrimiento emocional en la terapia, la identidad masculina es reforzada y la atracción por el propio sexo disminuye.
Declaración sobre la homosexualidad de la Asociación Médica Católica
Buenas noches equipo de Contracorriente, cuando hayan terminado de «marear la perdiz» (o sea, hayan agotado este tema, del que ya suman 9 capítulos…), quizás debamos plantearnos: 1) ¿ Era necesaria tanta extensión ?, 2) ¿ Ha sido verdaderamente útil para los afectados ?, y 3) ¿ Ha quedado dicho claramente, que Dios no lo aprueba y que es pecado… ??? . Porque pudiera ser que este tema tan actual, la Iglesia lo maneje tímidamente porque se entrecruza con el otro tema escandaloso de la pederastia, y que encima la compromete gravemente. Y entonces, se opte por restarle importancia para que la gravedad sea menor….. Pero lo cierto es que tanto las investigaciones, como los nuevos casos de homosexualidad y pederastia, sólo consiguen agrandar el problema. Saludos, Xavier/Ribes de Freser