
Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Oraciones
07 Jueves Mar 2019
07 Jueves Mar 2019
Posted Artículos - Contracorriente
inEstimados Hermanos, Presidentes de las Conferencias Episcopales:
¡Nos dirigimos a vosotros con profunda aflicción!
El mundo católico está desorientado y se plantea una pregunta llena de angustia: ¿hacia dónde está yendo la Iglesia? Ante la deriva que está en marcha, parece que el problema esté reducido al de los abusos de menores, un crimen horrible, sobre todo cuando quien lo perpetra es un sacerdote, pero que, sin embargo, es sólo parte de una crisis mucho más amplia. La plaga de la agenda homosexual se ha extendido dentro de la Iglesia, fomentada por redes organizadas y protegida por un clima de complicidad y silencio. Las raíces de este fenómeno se encuentran, es evidente, en esa atmósfera de materialismo, relativismo y hedonismo en la que la existencia de una ley moral absoluta, es decir, sin excepciones, es puesta en discusión abiertamente.
Se acusa al clericalismo por los abusos sexuales, pero la responsabilidad primera y principal del clero no es el abuso de poder, sino el haberse alejado de la verdad del Evangelio. La negación, también pública, con palabras y hechos, de la ley divina y natural, es la raíz del mal que corrompe determinados ambientes de la Iglesia.
Ante esta situación, hay cardenales y obispos que permanecen en silencio. ¿También vosotros permaneceréis en silencio con ocasión de la reunión convocada en el Vaticano el próximo 21 de febrero?
Formamos parte de quienes, en 2016, interpelaron al Santo Padre sobre los “dubia” que dividían a la Iglesia tras las conclusiones del Sínodo sobre la familia. Hoy, esos “dubia” no sólo no han recibido aún respuesta, sino que son también parte de una crisis de fe más general. Por tanto, os animamos a elevar vuestra voz para salvaguardar y proclamar la integridad de la doctrina de la Iglesia.
Rezamos al Espíritu Santo para que ayude a la Iglesia e ilumine a los pastores que la guían. Es urgente y necesario un acto resolutorio. Confiamos en el Señor, que prometió: “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 20).
Cardenal Raymond Leo Burke
07 Jueves Mar 2019
Posted Mojones
inMontserrat
Todo lo relativo al matrimonio puede y debe ser regulado por la autoridad civil en virtud de su obligación de velar por el bien de la sociedad. No debe ocultarse, por razones estratégicas, que las leyes, además de regular la conducta de los ciudadanos, modulan la mentalidad, las actitudes y sentimientos de los mismos; crean estados de opinión, provocan la elevación o el descenso del voltaje espiritual de los pueblos. Una ley que de modo directo e ineludible contribuirá en corto plazo a banalizar la idea de la unión conyugal afecta a todas las vertientes de la vida humana: la social, la ética, la religiosa. (Alfonso López Quintás – Manipulación del hombre en la defensa del divorcio)
El monstruo que puso (¿me atreveré a escribirlo?) a Jesucristo al nivel y como compañero de Júpiter y de Mahoma, no es para mí otra cosa que bestia fiera, hasta en sus pasajes más puros, y nunca me he arrepentido de haber arrojado al fuego en Oxford una hermosa edición de sus obras en cuatro volúmenes… Inglaterra no necesita a Milton. ¿Cómo puede necesitar mi país una política, un valor, un talento o cualquier otra cosa que esté maldita de Dios? ¿Y cómo el Eterno Padre puede bendecir el talento y la obra de quien en prosa y en verso ha renegado, ridiculizado y blasfemado la divinidad de su Hijo? Si quis non amat Dominum Nostrum Jesum Christum, sit anathema. Así decía San Pablo. (Sardá y Salvany – El liberalismo es pecado)
Por eso lo clásico afirman que el fin de la comunidad política es la vida virtuosa, buena o plena, porque ésta es impuesta al hombre por el hecho de serlo: debe vivir bien, vivir como hombre. Castellano lo traduce con estas palabras: la política ayuda al hombre a vivir racionalmente, lo que significa que debe “considerar la esencia del hombre, y ayudarle a convertirse en lo que es por naturaleza”. (Juan Fernando Segovia – Verbo)
La representación no debe ser un derecho atomizado, individual; porque el individuo es absolutamente irrepresentable. Su constitución psicológica y peculiar no la puede representar nadie; la representa él sólo. Lo que es representable es el grupo, la clase; y así se dará una representación social, según la cual se es mandatario de una fuerza social, una especie de gestor de negocios ajenos y que tienen el derecho de representarlos por la imposibilidad material de que se representen a sí mismos; pero no será el ejercicio de una soberanía que los que la poseen no pueden nunca ejercer. (Juan Vázquez de Mella – El Verbo de la Tradición)
Para Gramsci, la Revolución rusa no es todo lo satisfactoria que debiera porque entre el proletariado y su “vanguardia”, o sea, el Partido, detecta una fractura, no se da una identificación espiritual. La solución está, para él, en invertir la relación que Marx establece entre estructura y superestructura, dando primacía a lo segundo sobre lo primero, es decir, a lo espiritual sobre lo económico. Sólo en estos términos se podrá establecer la vinculación religiosa -es decir, la participación en los mismos valores- entre el Príncipe y los simples, entre las minorías rectoras y las masas, como hizo el catolicismo en la Edad Media. (Aquilino Duque – Razón Española)
Debemos subrayar la igualdad sustancial de todos los seres humanos creados a la imagen y semejanza de Dios, pero al mismo tiempo sería utópico negarse a reconocer las diferencias accidentales que marcan la existencia de todos los seres humanos. La sociedad puede asegurar que todos sus miembros sean iguales ante la ley y que existan amplias oportunidades para recibir educación. Pero jamás puede asegurar la igualdad entre todos sus miembros.(Mons. Ignacio Barreiro Carámbula – Verbo)
Oh Dios mío, estoy consciente de mi misión en la santa Iglesia. Mi empeño continuo es impetrar la misericordia para el mundo. Me uno estrechamente a Jesús y me presento como víctima que implora por el mundo. Dios no me rehusará nada cuando le suplico con la voz de Su Hijo. Mi sacrificio es nada por sí mismo, pero cuando lo uno al sacrificio de Jesús, se hace omnipotente y tiene la fuerza para aplacar la ira divina. Dios nos ama en Su Hijo, la dolorosa Pasión del Hijo de Dios es un continuo aplacamiento de la ira de Dios. (Santa María Faustina Kowalska – Diario – La Divina Misericordia en mi alma)
07 Jueves Mar 2019
Posted P. Manuel Martínez Cano
inPadre Manuel Martínez Cano, mCR.
“Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón”. Sí, aprendamos de Él. Aprendamos de Jesús en su vida oculta, en su vida pública, en su vida dolorosa, en su vida eucarística. Durante nueve meses se encerró en las purísimas entrañas de María Santísima. Nació en un pesebre, sobre un poco de paja y aquel Niño era el Hijo de Dios, igual al Padre y la Espíritu Santo, la Sabiduría increada. Fue circuncidado, huyó a Egipto, vivió escondido en una aldea de Galilea (Nazaret), aprendiz y obrero, pasó treinta años obedeciendo, Él que era el Amo del mundo.
En su vida pública no cesó de practicar el olvido de sí mismo. Se rodeó de apóstoles ignorantes, de pecadores, publicanos y mostró preferencia por los que el mundo desprecia: pobres, afligidos, pecadores, niños, enfermos. Vivió de limosna y no tuvo casa propia siendo el Señor del mundo, se hizo criado de los hombres: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en redención de muchos” (Mateo 20, 28).
Jesús padeció terribles sufrimientos de tristeza, abatimiento y desmayo en el Huerto de los olivos, al verse cubierto con nuestros pecados. Entregado por Judas, abandonado de sus apóstoles, calumniado, tratado como loco, el pueblo lo desprecia prefiriendo a Barrabás. Condenado injustamente por Pilato, calla y se deja azotar, coronado de espinas y vilipendiado como rey de burlas. Se abraza a la cruz que ponen sobre sus hombros y se deja crucificar sin quejarse ni una sola vez. Junto a Él, crucificaron a dos bandidos. Y fue contado entre malhechores.
En su vida eucarística, el Señor perpetúa los ejemplos de su humildad. Porque Jesús está en el Sagrario más escondido que en el pesebre y en el Calvario. Y, sin embargo, en la Eucaristía Cristo consuela y conforta a los misioneros, a los mártires, a las vírgenes, a los matrimonios, a los hijos.
Y en la Eucaristía, Cristo es profanado y maltratado no sólo por sus enemigos, sino también por sus escogidos. Y en lugar de quejarse, no cesa de decirnos: “Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré” (Mt 11, 28).
“El remedio es éste: Fijar la mirada en Tí, o Verbo Encarnado, clavado en la Cruz” (Santa Mª Magdalena de Pazzi). Sí, fijémonos en Nuestro Señor y en Nuestra Señora, porque, “Nuestra Señora no ama sino los lugares ahondados por la humildad, ennoblecidos por la simplicidad dilatados por la caridad, estaré muy a gusto al pie del pesebre y de la Cruz” (San Francisco de Sales).
Que con la Virgen Santísima, digamos siempre al Señor: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. Porque eso es la humildad vivir esclavos de la voluntad de Dios, vivir para Dios. “Vivir sumergidos en humildad es vivir sumergidos en Dios” (Santa Isabel de la Trinidad). “Nada hay más sublime que la humildad ante Dios” (San Jerónimo).
Jesucristo dijo a Santa María Faustina Kowalska: “Una hora de meditación de Mi dolorosa Pasión tiene mayor mérito que un año entero de flagelaciones a sangre; la meditación de Mis dolorosas llagas es de gran provecho para ti y a Mí Me da una gran alegría. Me extraña que no hayas renunciado todavía completamente a tu propia voluntad, pero Me alegro enormemente de que este cambio se produzca durante los ejercicios espirituales”.
¡Oh María! Madre de los humildes, rogad por mí.
San José, protector de las almas humildes rogad por mí.
San Miguel, que fuiste el primero en abatir el orgullo rogad por mí.
Todos los justos santificados por la humildad, rogad por mí.