Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Oraciones
Oración
27 jueves Jun 2019
27 jueves Jun 2019
27 jueves Jun 2019
Posted Para pensar
inPablo
Desde este punto de vista, el enemigo ya no es la potencia, grande o pequeña, que con las armas desafía al bloque, sino todo espacio que se resista a la implantación del nuevo mundo, que es post-nacional. Por eso el enemigo de la OTAN es Rusia, y no tanto la Rusia nación como despacio eurasiático. Lo cual, por cierto, incluye también a China. (José Javier Esparza – RAZÓN ESPAÑOLA)
No es cierto tampoco aquel axioma político de las escuelas liberales, según el cual el diputado no es representante de una clase, ni de un distrito, sino de la nación entera, ésta es una aberración, de la cual, ya en el año 1848, y comentando la Constitución revolucionaria francesa de entonces, se reía Proudbon, el cual decía que, si los diputados representaban a sus diferentes distritos, estaba representada la Nación, y que de ninguna manera podía representar un diputado a todos los distritos de la Nación, ya que en la mayor parte de ellos eran desconocidos los diputados por los distritos, y los distritos por los diputados. (Juan Vázquez de Mella – El Verbo de la Tradición)
En realidad, no es necesario un conocimiento serio de la historia para demostrar la total vacuidad y la mentira del mito del progreso indefinido esgrimido por la Ilustración y del liberalismo decimonónico. Un progreso concebido como un divorcio respecto a Dios y la naturaleza que Él nos ha dado es en realidad una regresión. Asimismo, cualquier estudio serio sobre la historia reciente muestra que, aunque la población de la mayoría de los países industrializados haya conseguido mejorar en forma significativa su nivel material de vida, el siglo veinte ha sido uno de los más sangrientos de la historia documentada. Si bien ahora el temor de una guerra atómica ha disminuido, ese riesgo sigue existiendo por lo que es posible que el hombre se autodestruya con la tecnología que ha inventado. (Mons. Ignacio Barreiro Carámbula – Verbo)
Hay lo siguiente: Que tenemos razón los católicos en esto como en lo demás, y no la tienen, ni sombra de ella, los liberales. Fijémonos para esto en los siguientes puntos: 1º Puede claramente el católico decir a su adversario liberal, que lo es. Nadie pondrá en duda esta proposición. Si tal autor o periodista o diputado empieza por jactarse de Liberalismo, y no oculta poco ni mucho sus ideas o aficiones liberales, ¿qué injuria se le hace en llamarle liberal? (Sardá y Salvany – El liberalismo es pecado)
Tras el estallido de la guerra civil, el autor señala que «la atractiva retórica falangista fue el elemento idóneo para cubrir las necesidades de simbología y exasperación que necesitaba el nuevo movimiento». Sin embargo, al lado de la simbología falangista surgieron «los rosarios, las grandes medallas y las procesiones penitenciales, junto a la exaltación de la revolución nacional-sindicalista, un larvado anhelo de aristocratismo -bellos uniformes militares, mantillas de blonda- invadió el país. (Pedro Carlos González Cuevas – RAZÓN ESPAÑOLA)
Son libres para casarse, pero consumado voluntariamente el matrimonio, las obligaciones del mismo permanecen intangibles. Y esto no es condenar a nadie a una vida cruel e insoportable. Está demostrado que los hijos de los divorciados son las grandes víctimas de este concepto novelero del amor. Como si un hombre y una mujer fueran unos animales sin inteligencia ni personalidad para aceptar el compromiso más capital de su existencia humana. (Mn. José Ricart Torrens – CATECISMO SOCIAL)
Las inclinaciones naturales que están en la base de la explicación de santo Tomás tienen dos ventajas más. Una, que comprenden la totalidad del hombre: no son inclinaciones de un hombre demasiado espiritualizado o demasiado carnal. Otra, que son inclinaciones que todos los hombres pueden experimentar en sí mismos. Sin embargo, señalar esto no tiene como pretensión inclinar definitivamente la balanza para el lado de la ética iusnaturalista, pues también es cierto que las inclinaciones pueden ser contradichas y, en consecuencia, aparecer como carentes de la claridad suficiente como para que de ellas solas brote la norma. Por ello, la formulación de los preceptos requiere del trabajo que la razón hace en base a esas inclinaciones, que es el descubrimiento del fin o bien al que cada una tiende. (José Luis Widow Lira – VERBO)
27 jueves Jun 2019
Posted P. Manuel Martínez Cano
inPadre Manuel Martínez Cano, mCR.
Los Evangelios no dicen nada de si la Virgen María, estuvo presente en los milagros que hizo Jesús. Solamente en las bodas de Caná, donde el Hijo obedeció a la petición de su Madre. Sí estuvo presente en el Calvario: «Estaban junto a la cruz de Jesús su madre… y María, la de Cleofás y María Magdalena» (Jn 19, 25). Ya lo había profetizado el anciano Simeón: «Una espada atravesará tu alma» (Lc 2, 35). Sí, María contempló las torturas que sufrió su Hijo y su muerte clavado en la cruz.
La Virgen Santísima ofrece el holocausto más perfecto y completo que puede hacer de sí misma. Ofrece a su Hijo Jesús que es el amor de sus amores, «¡Oh María, Madre Santa de Jesús crucificado! Cuéntame alguna cosa de su Pasión, porque entre todos los que estuvieron presentes fuiste Tú quien más la sintió, y quién mejor la vio, porque la mirabas con los ojos del cuerpo y de la mente, porque los considerabas con todo atención, pues nadie amaba más que Tú a Jesús» (Santa Ángela de Foligno).
San Ignacio de Loyola nos hace pedir en las meditaciones de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo: «Dolor con Cristo doloroso, quebranto con Cristo quebrantado, lágrimas, pena interna de tanta pena como Jesús pasó por mí». También a María Santísima podemos pedirle que nos diga lo que Ella sufrió en el Calvario. Que participemos de sus sentimientos, que se conviertan en un verdadero compadecer. Padecer los sufrimientos de Jesús y María en nuestros corazones. Para amarlos intensamente, puramente. Para nunca más pecar.
Que la Virgen Santísima, la Madre de los Dolores, nos enseñe a sufrir. A llevar con fe y paciencia las cruces de cada día. Unidos a Jesús y a María salvemos muchas almas. Santa Isabel de la Trinidad exclamaba: ¡Oh Reina de las vírgenes! Tú eres también de los mártires. La lanza abrió una herida en tu corazón, porque en ti todo es íntimo, todo se realiza en tu interior. “Tú estás allí, ¡oh María!, al pie de la cruz, erguida, fuerte y animosa: y el Maestro me dice: «He aquí a tu Madre.» ¡Me da a ti por madre! Cuando Él ha vuelto al Padre y yo estoy en su lugar sobre la cruz, para que supla en mí «lo que falta a su Pasión para bien de su cuerpo que es la Iglesia», Tú, ¡oh María!, estás aún allí, para enseñarme a sufrir como Él, para repetirme, para enseñarme el último canto de su alma, aquel canto que sólo Tú, la Madre, has podido entender”.
Nuestras cruces, nuestros sufrimientos, vistos a la luz sobrenatural, como dones que nos da Dios para nuestra santificación, deben darnos paz y gozo. Los santos se unieron a Dios mediante los sufrimientos, fracasos y persecuciones de buenos y malos. No bastan, pues, nuestras mortificaciones y penitencias voluntarias. Es necesario que el Señor nos haga sufrir en el cuerpo y el alma para ir subiendo al monte santo del Carmelo donde solo hay amor, amor, amor a Dios.
En la estrofa segunda de la «Llama de amor viva», San Juan de la Cruz dice que son pocas las almas que llegan a la plenitud de la santidad porque son muy pocas las almas dispuestas que Dios encuentra para aceptar su profunda acción purificadora en todos las circunstancias de la vida.
La tibieza y la mundanidad impiden la purificación de las almas. Vivimos en tiempos mundanos y tibios. Debemos ir Contracorriente. Cumplir siempre los Mandamientos de Dios y de la Santa Madre Iglesia. Si no cumplimos la Ley de Dios no podemos ser santos, no podemos salvarnos eternamente.
¡Santa María, Madre de Dios y Madre mía!
¡Cuídame durante todo el día!
¡Todos los días de mi vida!