
Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Imagén - Contracorriente
03 miércoles Jul 2019
03 miércoles Jul 2019
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José Gutiérrez Fernández-Cuervo
¿Qué sentido tiene que haya autoridades políticas? ¿No estaríamos mejor sin ellas? Santo Tomás de Aquino responde y Segovia lo resume de este modo: “Así como las inclinaciones básicas del ser humano deben someterse a la razón, que domina y dirige las demás potencias del hombre; así también la sociedad política debe someterse a la autoridad del príncipe prudente que dirija a los hombres al bien común”.
Pero esto requiere, justamente, que el gobernante sea prudente. Y la prudencia no es sino reconocer de dónde le viene al gobernante su dignidad y potestad, y actuar rectamente de acuerdo a esta verdad.
Así, el político que cree que su poder le viene otorgado por el voto y el sentir popular, se deberá al pueblo. Pero quien se debe al pueblo, siendo la masa tan humana como él, podrá manipularla y procurará quedar bien con ella y engañarla por medio del populismo, como el Primer Ministro peruano, quien para atacar a su enemigo, el Congreso, lo acusa de actuar “en contra del espíritu de la ciudadanía”. Sin embargo, quien reconoce que todo poder viene de Dios aun cuando la autoridad haya sido designada (que no conferida) por democracia, se debe al pueblo en el servicio, pero más a Dios, de quien participa por su gobierno con la autoridad divina misma. Así, buscará ser del agrado de Dios antes que de las masas y, por tanto, dado que a Dios no se le puede engañar, solo un gobernante que tenga verdaderamente presente a Dios podrá ser garantía de honestidad, pues ya no procurará el engaño y manipulación demagógica a la que estamos tan acostumbrados.
Pero esto es imposible y utópico solamente desde un espíritu religioso natural. Sin contar con la gracia, ningún gobernante puede responder debidamente y sin excepción contra la corrupción personal e institucional, ni siquiera el más piadoso de los hombres; pues hay que tener en cuenta que todo hombre y, por tanto, todo gobernante, está afectado por el pecado, con sus fuerzas debilitadas y propenso al mal y al error.
De este modo, sólo reconociendo que el poder que posee le viene de Dios y con el auxilio de la gracia sobrenatural a través de la recepción frecuente de los Sacramentos, dejará de ser una utopía lo que León XIII afirmaba en la Diuturnum illud:
“Para que la justicia sea mantenida en el ejercicio del poder, interesa sobremanera que quienes gobiernan los Estados entiendan que el poder político no ha sido dado para el provecho de un particular, y que el gobierno de la república no puede ser ejercido para utilidad de aquellos a quienes ha sido encomendado, sino para bien de los súbditos que les han sido confiados”.
No se trata, pues, de “mandar todo al tacho” ni de esperar en tal o cual líder político mundano. Se trata de poner nuestras esperanzas en Quien es la fuente de todo poder y, reconociendo nosotros Su divina majestad para con nuestro amado Perú, procurar por medio de esta conciencia la corrección moral y prudencia política de quienes designamos en el gobierno, o la nuestra para involucrarnos y no acabar embarrados, por medio de la recepción frecuente de los Sacramentos.
(REVISTA INFOCATÓLICA)
03 miércoles Jul 2019
Posted in Miguicas
Padre Martínez m.C.R.
* Dios ha dejado huellas de su existencia y belleza por todas partes. Mira detenidamente a tus familiares. Dios está en ellos.
* En nombre de la libertad, estas democracias han quitado las libertades concretas de las personas, familias, municipios, asociaciones…
* La Iglesia Católica no está para servir a la Humanidad. La Iglesia Católica fue fundada por Cristo para dar gloria a Dios y salvar almas.
* Acabo de leer en la revista Verbo que: «En el Ejército de los Estados Unidos de América hay capellanes para los satanistas». Así es la democracia moderna.
* San Juan, en su segunda carta dice: «Han salido en el mundo muchos embusteros que no reconocen que Jesucristo vino en la carne. El que diga eso es el embustero y el Anticristo».
* Los que escriben y predican sobre los derechos del hombre, el cambio climático y las hormigas verdes y, no dicen ni una sola palabra de Cristo, son fantasmas endemoniados.
* Jesús dijo a sus discípulos: «En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: «Yo he vencido al mundo». Los discípulos de Jesús de nuestros días no se dejan vencer por miedos manipulados.
02 martes Jul 2019
02 martes Jul 2019
Posted in Artículos - Contracorriente
Francisco Canals
Quisiera reflexionar sobre los nacionalismos vasco y catalán; no sobre sus problemas urgentes, sino sobre su misterio profundo. Por qué les llamo nacionalismos hispánicos se verá a lo largo de estas líneas.
Mi reflexión parte de la manifiesta singularidad, extrañamente silenciada, de la historia de estos pueblos: secularmente aferrados a sus “leyes viejas” y a sus tradiciones y que vivieron más alejados que otros pueblos hispánicos de las corrientes culturales que han caracterizado a la Europa moderna: el Renacimiento, el racionalismo, la ilustración, el liberalismo de la Revolución francesa.
En Vasconia y en Cataluña tuvieron máxima fuerza y arraigo social los sentimientos tradicionales que impulsaron los alzamientos carlistas contra el liberalismo instaurado por la monarquía española. En Cataluña y en Vasconia, y muy especialmente en Guipúzcoa, tuvieron vigencia y amplia difusión las actitudes religioso-políticas del tradicionalismo integrista, que compartía con entusiasmo, con muchos núcleos seglares, una parte importante de su clero. Recordemos que fue un hombre de Iglesia catalán, Sardá y Salvany, el autor de El Liberalismo es pecado.
El historiador Rovira y Virgili describía la génesis del nacionalismo vasco diciendo que Sabino de Arana “lo llenó de un espíritu religioso reaccionario e intolerante. Reunidos en las alturas del Aralar proclamaron caudillo al Arcángel San Miguel”. Para documentar su juicio, cita afirmaciones expresadas en el diario Euzkadi en septiembre de 1913: “El nacionalismo no lucha por un derecho terreno y humano, sino porque aquella libertad serviría a la patria para tender hacia Dios y facilitaría la salvación eterna de los vascos. Nuestra campaña por el idioma, los usos y costumbres nacionales, y nuestra oposición al modo extranjero de ser, que aquí se presenta en rabiosa oposición al Evangelio, arrancan del carácter religioso de la Cruzada nacionalista”.
Aunque todavía hoy la geografía electoral muestra continuidades sociológicas entre estos nacionalismos y la herencia carlista, es claro que, tanto el nacionalismo vasco desde sus orígenes, cuanto el catalanismo político en diversas etapas y direcciones, se han opuesto y enfrentado al patriotismo español que vivía en la tradición carlista. Prat de la Riba afirmaba que los catalanes no tenemos otra patria que Cataluña, mientras que “España es un Estado”.
Las corrientes nacionalistas han propugnado además ideales políticos diversos y aun contrarios a los que caracterizaron el tradicionalismo carlista. En la democracia española actual tienen actitudes muy definidas. El PNV, que pertenece a la Internacional Democrático-Cristiana, tiene una actitud de reivindicación de las finalidades nacionalistas de autogobierno en las reglas de juego del marco constitucional. Pocas veces mantiene una posición significativa en la defensa de valores tradicionales. Más allá de este nacionalismo democrático tenemos en Vasconia dos líneas de abertzalismo marxista: eurocomunista una y leninista otra. En Cataluña, el nacionalismo de arraigo sociológico tradicional ha propugnado soluciones de centro-izquierda, la socialdemocracia de “modelo sueco”, y representantes suyos han votado la despenalización del aborto.
(REVISTA VERBO)