El Ángel y San José
19 miércoles Ene 2022
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El reino lascasiano de la “Leyenda Negra” está en toda Europa por todas partes y sojuzga incluso a los mejores altos responsables católicos. El por otra parte excelente cardenal Lustiger, arzobispo de París, formado en la escuela laica, luego en los seminarios franceses de los años 50 y su muy pobre apologética histórica, es una de sus víctimas. “No siendo historiador”, como nos lo ha dicho personalmente en su obra de Choix de Dieu (1987), página 372, denuncia, bajo el efecto de la matraca ambiente, a “los conquistadores que obran por el fuego y la sangre”, como si no hubiese habido muchos de ellos que habían actuado con la mano tendida, ganando enseguida para ellos una infinidad de pueblos indígenas, desde los cempoaltecas a los tiaxcaltecas, los tarascas, los huancas y los cañarís. Y en la página 542 afirma que “los religiosos se han batido”, a veces hasta la muerte, contra los príncipes españoles, para defender a los indios”. Cuando los propios “príncipes españoles”, empezando por Isabel la Católica, han sido los protectores sistemáticos y decisivos de los indígenas. Como no ha dejado de demostrarlo el especialista americano Lewis Hanke.
El cardenal de la curia Etchegaray, antiguo arzobispo de Marsella, es otra víctima de esta persistente “Leyenda Negra”. Siendo presidente de la Comisión pontificia Justicia y Paz, fuente europea de las teologías de la liberación, los miembros extremistas de esta comisión le hacen firmar el 3 de noviembre de 1.988 un documento delirante titulado La Iglesia ante el racismo, del cual debe tratar pronto de excusarse en una carta a monseñor Amigo. En él se pretende, entre otras cosas, que los conquistadores españoles “comenzaron a elaborar una teoría racista para justificarse”. Cuando la teoría racista en cuestión era del filósofo pagano Aristóteles, bastante anterior a los conquistadores, como deberían saberlo. Teoría que veía, en ciertos hombres “inferiores en razón”, unos “esclavos por naturaleza”. Esta teoría recuperada no en España, sino en la universidad de París en 1510, fue combatida desde el año siguiente por el dominico español Matías de Paz; después en América, por su compañero igualmente español Antonio Montesino. Si ésta es después mencionada aquí o allá en la polémica colonial, no lo es con un espíritu racista, particularmente en Sepúlveda, sino como fundamento de una generosa “dotación de humanidad” según la fórmula del actual especialista O’Gorman, confirmada por los especialistas Losada, Parry y Carro. Además esta teoría nunca ha sido defendida por los conquistadores en su conjunto, con un espíritu racista, ni aceptada por los poderes que los controlaban. Es por tanto enteramente falso e injusto cargar con ello la conciencia de la Conquista española. Donde, por el contrario, la esclavitud de los indios fue sistemáticamente prohibida, como se ha visto.
19 miércoles Ene 2022
Posted Miguicas
in* Conciencia escrupulosa es la que con insuficientes e insignificantes motivos cree que hay pecado donde no lo hay, o que es pecado mortal lo que sólo es pecado venial.
* La mayoría de las veces, los escrúpulos obedecen a causas puramente naturales de tipo físico o moral. Pero algunas veces proceden de una disposición del mismo Dios (valiéndose de causas naturales o preternaturales).
* Para ejercitar al alma en la paciencia, humildad, y obediencia, o para efectos purificadores de sus pasadas faltas, o en vistas a un mayor grado de santidad, como ocurrió a San Ignacio de Loyola, San Francisco de Sales o Santa Teresita del Niño Jesús.
* El escrupuloso debe actuar contra sus escrúpulos enérgicamente porque si no le invadirán vanos temores. El escrupuloso debe obedecer al director espiritual, sin consultar a otros confesores ni consejeros.
* Y renunciar a sus propios criterios, aunque le parezca ver claro lo contrario de lo que el director espiritual le manda. Ya sonará la hora de Dios cuando Él lo estime conveniente y el alma escrupulosa saldrá de su dolorosa prueba vigorizada y purificada.
* Conciencia delicada es la que juzga rectamente de la moralidad de los actos humanos hasta en los detalles más pequeños.