Padre Jesús González-Quevedo, S.I.
Salamanca, 1971
Introducción
La vida religiosa ha, sido desfigurada y caricaturizada por «olas aseglaradas desacralizadoras», que han penetrado en los claustros. Prefabricado el «fantasma», como en las pruebas de tiro, descargan despiadadamente la artillería sobre él. La literatura progresista ocultará el rostro auténtico de la vida religiosa y mostrará el barro y estiércol por ella arrojado y que esconde su verdadero ser. Así, la realidad religiosa se cubre de una niebla gris y densa que priva de sentido a la vida. El folleto del P. Jesús González-Quevedo limpia el barro y barre el estiércol del desprecio y del odio para que la preciosa margarita de la vida religiosa aparezca, ante los ojos de los llamados, llena de resplandores.
La gran tragedia consiste en que el progresismo no abandona el claustro, aunque sea absurdo el vivir en él vacío sobrenaturalmente y con las raíces al viento. Pero el ataque a la vida religiosa es consigna en la apostasía general y la avanzadilla de la filtración no abandona sus posiciones. Las almas de buena voluntad que llegan al claustro o quieren servir a Dios en el estado sacerdotal, se sienten defraudadas, porque las células encargadas de «la labor» de captación les presentan una vida «religiosa» sin rostro, chata, marginada por una sociedad tecnificada y de consumo, sin trascendencia teológica; diríamos, una vida religiosa sin «religión». La «respuesta sicológica» del joven o de la muchacha es lo que modernamente se ha llamado el «tedium vitae», malestar, melancolía; una especie de marea gris y azulado que les invade y les cubre, sólo ven el polvo y el brillo del oro falso, el absurdo; entonces el amor de antaño se convierte en odio y «la corrupción de lo mejor es peor», aparece el subversivo y enemigo declarado.
El P. González-Quevedo señala las desviaciones concretas, las causas del mal, pero, sobre todo, hace obra constructiva y establece las directrices que tienen que hacer renacer una auténtica vida religiosa. Sabemos todos que la crisis está en las alturas y la situación actual obedece a una dejación general del ejercicio de la autoridad. La energía a tiempo salva a los pueblos y a las sociedades, también. a la sociedad religiosa, con menos dolores que la debilidad con la peste y el cáncer.
El autor del presente folleto analiza la palabra mágica de «movimiento» en donde se apoya o pretende apoyarse la «demolición» de la vida religiosa. El movimiento de r la física aplicad-o al alma humana yal acontecer de la vida tiene un fallo singular, ya que deja escapar la característica principal de la vida, la continuidad del devenir; el misterioso fluir de la existencia: mantiene tina línea de continuidad persistente e inexorable. En la Iglesia llamamos: «asistencia del Espíritu Santo», gracias a la cual podemos siempre exclamar «Vídimus eum». El librito del P. González-Quevedo nos lleva a ver a Dios con los ojos de la fe y a entender mejor las palabras del Señor sobre la actitud de María: «escogió la mejor parte».
Fr. Miguel Oltra.