Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Imagén - Contracorriente
Cooperatrices Parroquiales de Cristo Rey (1)
09 Jueves May 2019
09 Jueves May 2019
09 Jueves May 2019
Posted Mojones
inMontserrat
Algunos, con el fin de desechar el valor de la historia, tratan de demostrar que el pasado es demasiado complejo, demasiado expuesto a distorsiones ideológicas y anacronismos y demasiado remoto para poder servir de herramienta con vistas a tratar de resolver nuestros problemas contemporáneos. Al respecto debemos hacer notar que la historia no es utilizada para resolver problemas contemporáneos sino para entender la raíz de dichos problemas. Esto debería llevarnos a comprenderlos con mayor claridad y, de esta manera, lograr mejores soluciones acordes con la perenne naturaleza del hombre. (Mons. Ignacio Barreiro Carámbula – Verbo)
El caso de Pasolini es ejemplar por los cuatro costados. Militante del vicio nefando, murió por así decir en acto de servicio, y la sociedad permisiva le rindió honores fúnebres de héroe y de mártir. Las honras fúnebres de Pasolini fueron, si mal no recuerdo, una de las últimas actuaciones oficiales del presidente Giovanni Leone antes de verse obligado a dimitir por vehementes sospechas de corrupción en el asunto Lockheed. (Aquilino Duque – Razón Española)
Cuatro bases fundamentales en que las Cortes se apoyan, y que son: primera, representación por las clases; segunda, incompatibilidad entre el cargo de diputado y toda merced, honor y empleo, exceptuando los que son obtenidos por rigurosa oposición; tercera, el mandato imperativo como vínculo entre el elector y el elegido, y cuarta, aquellas dos atribuciones de las Cortes que consistían en no poder establecerse ningún impuesto nuevo, ni ser variada o modificada ninguna ley fundamental, sin el consentimiento expreso de las Cortes. (Juan Vázquez de Mella – El Verbo de la Tradición)
Salida de Vilna a Cracovia para los ejercicios espirituales de ocho días. El viernes por la noche durante el rosario cuando pensaba en el viaje del día siguiente y en la importancia de la cuestión que iba a presentar al Padre Andrasz, me invadió el miedo viendo claramente mi miseria y mi inaptitud frente a la grandeza de la obra de Dios. Aplastada por ese sufrimiento, me sometí a la voluntad de Dios. (Santa María Faustina Kowalska – Diario – La Divina Misericordia en mi alma)
Se impone pues la recuperación del bien común que, como se ha dicho, es el bien mismo del hombre y el bien propio de la comunidad política. Es cierto que para que la recuperación se lleve a cabo se requiere una indagación filosófica del ser humano y de la naturaleza de la ciudad. Como lo primero se ha hecho y lo segundo se hará en el capítulo entrante, podemos insistir en que no hay vida humana verdadera sin el bien que corresponde a su ser y, consiguientemente, que no hay comunidad política digna y justa si no se establece en conformidad con el ser del hombre que es su bien. (Juan Fernando Segovia – Verbo)
La formación humana consiste en evitar todo tipo de vértigo y asumir creadoramente las riendas de la actividad personal. La reducción ilegítima del amor a mera sexualidad hace posible la grotesca manipulación comercial del sexo, que pone al hombre en manos de los mercaderes. En cuanto el amor, como proyección instintiva-sexual hacia el otro ser, adquiere el valor de amistad y ésta se abre del ámbito de la intimidad privada al campo del compromiso comunitario, la unidad interpersonal de quienes se aman presenta una complejidad y riqueza tales que desborda felizmente el radio de acción de cada uno de quienes lo fundan. (Alfonso López Quintás – Manipulación del hombre en la defensa del divorcio)
El bien de todos los bienes es la divina gloria, como el prójimo de todos los prójimos es para el hombre su Dios. De consiguiente, el amor que se debe a los hombres, como prójimos, debe entenderse siempre subordinado al que debemos todos a nuestro común Señor. Por su amor y servicio, pues, se debe (si es necesario) disgustar a los hombres; se debe (si es necesario) herirlos y matarlos. Adviértase la fuerza de los paréntesis (si es necesario), lo cual dice claramente el caso único en que exige tales sacrificios el servicio de Dios. (Sardá y Salvany – El liberalismo es pecado)
09 Jueves May 2019
Posted P. Manuel Martínez Cano
inPadre Manuel Martínez Cano, mCR.
Hace años, me encargaron confeccionar unas lecciones de religión para uso interno. Coloqué sobre mi mesa varios manuales de Teología Dogmática moral, ascética, historia de la Iglesia y el Magisterio de la Iglesia, de Enrique Denzinger.
Como en nuestros días pocos conocen la verdadera doctrina de la Iglesia Católica he publicado y seguiré publicando, Dios mediante, parte de algunos temas. He olvidado los auténticos autores. Firmo yo. Es doctrina católica.
La Iglesia Católica es el proyecto visible del amor de Dios a la humanidad que quiere que todo el género humano forme un único Pueblo de Dios, se una en el único Cuerpo Místico de Cristo y se realice en un único Templo del Espíritu Santo.
La Iglesia es el Pueblo de Dios adquirido para Él mismo como raza elegida, sacerdocio real, nación santa. La identidad de este Pueblo Elegido es la dignidad y libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo; su ley es el Nuevo mandamiento de Jesús de amarse unos a otros como Él nos amó; su misión es ser la sal de la tierra y la luz del mundo para la salvación eterna del género humano; su destino es el Reino de Dios que Él mismo comenzó en este mundo y que ha de ser extendido por todos los fieles, por todas las naciones.
Es en la Iglesia donde se realiza la unión de los hombres con Dios por medio de la caridad. La estructura de la Iglesia está totalmente organizada y ordenada para que los fieles amen a Dios y al prójimo.
La Iglesia es signo e instrumento de la unión íntima de los hombres con Dios y de la unidad de todo el género humano como hijos de Dios. Esta unidad humana ya ha comenzado, porque son miembros de la Iglesia hombres de toda raza, lengua y nación.
Son miembros de la Iglesia todos los bautizados y los catecúmenos que desean ser bautizados.
El Concilio Vaticano II, en su Constitución dogmática sobre la Iglesia dice: “Los hombres entran en la Iglesia por el bautismo como puerta obligada (…) Los catecúmenos que, por la moción del Espíritu Santo, solicitan con voluntad expresa ser incorporados a la Iglesia, se unen a ella por este mismo deseo; y la Madre Iglesia los abraza ya amorosa y solícitamente como a hijos”.
Los pecadores son miembros de la Iglesia de Cristo. A tales pecadores les recuerda el Concilio Vaticano II que “no alcanza la salvación, aunque estén incorporados a la Iglesia, quienes no perseverando en la caridad, permanecen en el seno de la Iglesia en “cuerpo”, pero no en “corazón” “no podrán salvarse quienes, sabiendo que la Iglesia Católica fue instituida por Jesucristo como necesaria, desdeñaran entrar o no quisieran pertenecer a ella” (Constitución dogmática, Lumen Gentium, 14).