
Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Artículos - Contracorriente
07 domingo Jul 2019
07 domingo Jul 2019
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Monseñor D. José Guerra Campos
Obispo de Cuenca
«Esta mañana he estado cinco horas de pie en un rincón próximo al cuerpo yacente de Francisco Franco viendo pasar a mi lado el desfile prieto, inacabable, de un pueblo que, para verlo un instante, soporta horas de espera. Casi he tocado su emoción, sus lágrimas, sus llantos. He admirado, como otros muchos testigos, la impresionante participación de los jóvenes. Por primera vez en la vida hemos comprobado muchos cómo el homenaje respetuoso de un pueblo a su gobernante tenía la misma vibración conmovedora de un duelo familiar. El mensaje póstumo de Francisco Franco es emocionadamente aleccionador. Espléndida profesión de fe en Cristo y en la Iglesia. Una manifestación de finura evangélica, según las Bienaventuranzas; finura en el perdón; finura en el agradecimiento. Unos consejos de gobernante cristiano para la gran familia cristiana que es, gracias a Dios, la sociedad civil española. Y una muestra de generosidad, propia de un verdadero padre de la Patria, transfiriendo el afecto y el apoyo populares que le rodearon a quien le sucede en la Jefatura del Estado”.
Producciones Armada
Tenerife
07 domingo Jul 2019
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El Párroco
* La familia ha existido siempre en la tierra. Las hordas salvajes que proponen ciertos partidos, son producto de fantasmas de cerebros endemoniados.
* Una buena señora, empleada de los servicios de cocina, me dice hace 27 años que trabajo aquí. El tiempo pasa volando. Rectifica: El tiempo está por ahí. Los que pasamos somos nosotros.
* «Mantengámonos firmes en la lucha en el día del Señor, ya que ha venido sobre nosotros días de angustia y aflicción» (San Bonifacio). ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva María Reina! ¡Viva Alemania católica!
* Cuatro siglos antes del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, el filósofo Aristóteles decía que, el hombre cuando ha alcanzado toda la perfección posible es el primero de los animales, y es el último cuando vive sin leyes y sin justicia.
* San Pablo dijo a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso: «Nunca me he reservado nada, os he anunciado enteramente el plan de Dios». ¿Quién de nuestros lectores ha oído predicar del Reinado Social de nuestro Señor Jesucristo? Es doctrina católica. Lean la encíclica Quas Primas del Papa Pío XI.
* Monseñor Oliver Sand Bow dice: «Pregúntale tú a ese que se titula «racionalista» que razones tiene para ser tan irracional y poseer tales tragaderas (para negar la existencia de Dios); que excusa puede alegar por su injustificable e insostenible actitud ese señor que niega los derechos de Dios».
06 sábado Jul 2019
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La imagen de Nuestra Señora de la Presentación del Quinche es una hermosa escultura en madera, tallada en el siglo XVI por Don Diego de Robles, extraordinario artista al que se deben otras imágenes de María de gran popularidad y veneración.
Según algunos testimonios, la Virgen se apareció a los indios en una cueva prometiéndoles librarlos de los peligrosos osos que devoraban a los niños. Por otra parte, los que habían encargado la confección de la imagen a Don Diego, no le pagaron por ella, por lo que decidió entonces dársela en vez a los indios oyacachis a cambio de unos tablones de fino cedro que este necesitaba para sus trabajos. Los caciques quedaron admirados cuando vieron llegar a Diego Robles con la imagen de la Virgen a cuestas y reconocieron en ella los mismos rasgos de la Señora que se les había aparecido y les había hablado en la cueva. Sin duda, la Virgen quiso visitar primero a sus hijos más pobres para atraerlos al Señor de los Señores quien ella lleva en sus brazos.
Quince años permaneció la imagen al cuidado de los indios hasta que en 1604, el obispo del lugar ordenó su traslado al poblado del Quinche, de donde finalmente tomó su nombre. La imagen, que es una fina talla en madera de cedro de unos 62 cm. de alto, está revestida por un amplio y hermoso ropaje de brocado cubierto de gemas, y bordado con hilos de oro y plata que sólo dejan ver su rostro moreno y apacible. La Virgen lleva un cetro en la mano derecha y con la izquierda sostiene el Niño en actitud de bendecir, mientras sostiene una esfera de oro coronada por una cruz.
A los pies de la imagen, la peana y la gran media luna, ambas de plata pura, y las pesadas coronas imperiales de oro y piedras preciosas, manifiestan la generosidad del pueblo ecuatoriano que gusta ver a su patrona resplandeciente, vestida siempre con las mejores galas. El rostro de Jesús evoca las facciones de los niños mestizos de aquellas sierras. Mestizo es el color de la Madre, síntesis del alma del inca y del español. Su fina nariz está enmarcada por un delicado rostro ovalado de labios delgados y boca pequeña; sus ojos achinados y su mirada triste con los párpados entrecerrados o caídos le confieren una dulzura única. Por eso esta advocación es tan popular en Ecuador, especialmente entre los indios que llaman con afecto «la Pequeñita» a su protectora del Cielo.
Es de admirar la variedad de cantos que se entonan en honor de la Virgen del Quinche, con textos en quechua, en jíbaro y en otros diversos dialectos de la región y también en castellano; muchos de ellos se cantan desde hace cuatro siglos. La imagen fue coronada en 1943 y su fiesta se celebra el 21 de noviembre. El templo actual fue declarado Santuario Nacional en 1985.
06 sábado Jul 2019
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El Consiliario
* El catedrático empieza la primera lección del curso, diciendo: «Vamos a ver quién es el burro que al final de mis lecciones creerá todavía en Dios». Ozanan saltó en pie como movido por un resorte y dijo: «Ese burro seré yo, señor profesor» ¡Burro el catedrático!
* El entendimiento conoce las cosas reales. A veces, tengo la impresión de que, no sólo la imaginación se va por los «cerros de Úbeda», sino también los pensamientos. Inventan batallas y calumnias que solo son conceptos de razón que no existen en la realidad.
* «El que no trata con confianza a Jesús, hace injuria a su bondad, que tantas veces y de tan diversas maneras se nos ha demostrado; me parece que teniendo con Jesús mucha confianza se le hace como una dulce violencia para que derrame sus gracias sobres nosotros: no es verdad ?» (Santa Gema Galgani).
* He vuelto a ver a nuestro alumno de siete meses junto con sus cinco hermanos, esperaban a su madre. Me estuvo archivando en su memoria. Llega la mamá y el bebé se transformó en un instante; levanta los brazos, las piernas, se mueve como una lagartija; resplandecía de alegría. Su madre le mira con ternura infinita lo estrella contra su pecho; momento angelical, maternal, celestial. ¿Qué será el Cielo?