Publicado por manuelmartinezcano | Filed under Artículos - Contracorriente
¿Cómo explicarte que soy feliz?
09 lunes Sep 2019
09 lunes Sep 2019
09 lunes Sep 2019
Posted Hispanoamérica. La verdad
inUna Epopeya misionera
Padre Juan Terradas Soler C. P. C. R
Los resultados obtenidos por la providencial Epopeya Evangelizadora, son algo grandioso y único en su género: fe y santidad, lengua y cultura, sangre y héroes (11)
Las diecinueve Universidades erigidas por España en el Nuevo Mundo son una gloria imperecedera de la colonización española (1)
“Fundáronse Universidades, que llegaron a ser famosas, en Méjico y Perú, en Santa Fe de Bogotá, en Lima y en Córdoba de Tucumán, que atraían a la juventud del Río de la Plata. Con la ciencia florecían las artes…”.
(Cardenal Gomá, 12-X-1934).
Con el “esfuerzo educativo y escolar, grandioso y profundamente duradero”, que realizó la Nación Madre en favor de los íncolas americanos, docenas de pueblos fueron introducidos en el vasto campo del saber romano-cristiano. Aztecas, incas araucanos y guaraníes dejaron sus toscas instituciones y sus primitivos lenguajes, y abrazaron las ubérrimas tradiciones intelectuales de que era transmisora la fecunda lengua de la meseta ibérica. A esta perfecta asimilación de los indios a la cultura superior, con que se les pretendía enriquecer, colaboraron con eficiencia las innumerables Universidades que se fundaron en el Nuevo Mundo, establecidas—no lo olvidemos—tanto para los peninsulares y criollos como para los mestizos y naturales. Ya hemos visto que el “ayudar con sus aulas a estabilizar en los principios cristianos a los indios convertidos”, era uno de los principales fines a que aspiraban los monarcas españoles al decretar la erección de estos establecimientos docentes. Asilo alegaban en sus cartas a la Santa Sede cuando presentaban demanda de privilegios pontificios para las Universidades transmarinas.
Tales centros de alta ciencia, bien dotados y estratégicamente diseminados, desde Méjico, en el Norte, hasta Córdoba, en el Sur, son una gloria imperecedera de Hispanoamérica. Ha dicho Pío XII al V Congreso Iberoamericano de Educación Católica, moderno eslabón de la ininterrumpida cadena cultural que siempre ha ligado con la Iglesia a las tierras de Colón.
“En no pocas zonas del Nuevo Mundo, los movimientos sociales y políticos, que siguieron a su independencia, vieron penetrar en el campo de la enseñanza ideas y principios que, partiendo de un liberalismo y de un laicismo que audazmente, pretendía dominarlo todo, desembocaban en un monopolio, escolar, con daño evidente de la integral formación cristiana…
Y eso en un mundo como el vuestro, iberoamericano, en el que la Iglesia, plenamente consciente de la misión cultural que acompaña a su mensaje religioso, desplegó con fray Juan de Zumárraga, fray Alonso de la Vera Cruz y el gran Obispo Vasco de Quiroga, en Méjico; con fray Jerónimo de Loaisa, José de Acosta y el excelso metropolitano limeño Santo Toribio de Mogrovejo, en el Perú; y con los jesuitas Torres Bollo, Manuel de Nobrega y San Pedro Claver, en el antiguo Paraguay, en el Brasil y en la Nueva Granada, un esfuerzo educativo y escolar que, dada la escasez de medios de aquella centuria y las dificultades que a él se oponían, Nos complacemos en llamar grandioso y profundamente duradero. Basta recordar el intento, en gran parte logrado, de aquellos grandes misioneros, secundados por el espíritu universal y católico de la legislación de sus monarcas, de fundir en un solo pueblo, mediante la catequesis, la escuela y los colegios de Letras Humanas, el elemento indígena con las clases cultas venidas de Europa o nacidas ya en tierra americana. Ni ese esfuerzo se limitó a la enseñanza elemental y humanística. Porque es gloria imperecedera de Hispanoamérica que en el siglo XVIII florecieran en diecinueve de sus ciudades otros tantos o más centros universitarios, inspirados y dirigidos por la Iglesia, que fueron objeto de la admiración y los elogios de un Alejandro de Humboldt” (276).
(276) El Barón Alejandro de Humboldt (1769-1859), eminente naturalista e historiador alemán, recorrió, a finales del siglo XVIII, la América española, publicando a continuación durante veinte años las observaciones recogidas en su largo y paciente viajé. Su obra, editada en París, alcanza los treinta volúmenes.
(Radiomensaje al V Congreso de la Confederación interamericana de Educación Católica, reunido en La Habana, 12-I-1954).
09 lunes Sep 2019
Posted Mostacicas
inDon Manuel
* El «Superhombre» de Nietzsche es satánico.
* El espíritu democrático es ateísmo militante.
* Sin sacerdotes según el Corazón de Jesús el mundo se corromperá.
* La democracia moderna es la gran enemiga de las libertades de los pueblos.
* Debemos luchar para hacer un mundo cristiano. Empecemos ¡Seamos santos!
* También hay sectas de selectos. No quieren ser santos. Creen que son intelectuales importantes.
* Padre Alba: «La tentación empieza en el gusto. No nos tienta el diablo con lo que no nos gusta».