¡Gloriosísimo Patriarca San José, dignísimo esposo de la Madre de Dios, padre adoptivo de nuestro adorable Redentor!

Gloriosísimo patriarca San José, dignísimo esposo de la Madre de Dios, padre adoptivo de nuestro adorable Redentor y poderosísimo abogado nuestro en toda tribulación, en toda necesidad y en todo peligro: os elijo por mi patrón y abogado para toda mi vida y para mi muerte. Os pido humilde y con toda mi alma que me recibáis, santo mío, por perpetuo siervo y esclavo vuestro, y que con vuestro poderoso valimiento me alcancéis la continua protección de vuestra Esposa, la Inmaculada Virgen María y las misericordias de mi amantísimo Jesús. Asistidme siempre y bendecid mis palabras, obras, acciones, pensamientos y deseos para que en todo me conforme a la voluntad divina, y así, sirviéndoos constantemente, logre con vuestro patrocinio una feliz muerte. Así sea, Jesús, María y José.