Una Epopeya misionera
Padre Juan Terradas Soler C. P. C. R
III
REPAROS QUE A ESPAÑA PUEDEN HACERSE EN SUS CAMPAÑAS POR LA HISPANIDAD (6)
Bryce, que habla de España peor que un mal español, nos señala así nuestra posición ante América: “El primer movimiento—dice—de quien esté preocupado, como lo está hoy todo el mundo, por el desenvolvimiento de los recursos naturales, es un sentimiento de contrariedad al ver que ninguna de las razas continentales de Europa, poderosas por su número y su habilidad, ha puesto las manos en la masa de América; pero tal vez sea bueno esperar y ver las nuevas condiciones del siglo que viene. Los pueblos latinoamericanos pueden ser algo diferente de lo que en la actualidad aparecen a los ojos de Europa, y de Norteamérica. ¿Sé dará tiempo a las sociedades iberoamericanas para que hagan esta experiencia, antes de que alguna de las razas occidentales, poderosas por su número o habilidad, les imponga la ley?”. Dictó estas palabras; ¿decimos nosotros, el miedo a Monroe, o son un estímulo para que las razas poderosas y fuertes se resuelvan a anular nuestra influencia en América? He aquí expuestos, en toda su crudeza, los términos del problema: o trabajamos por la hispanidad o somos suplantados por otros pueblos, por otras razas, más fuertes y menos perezosas.