El Párroco

* «Madre mía ven a recibirme y llévame al Cielo» (Teresita de la Virgen María).
«Tengo tontica a la Virgen María» (Teresita de la Virgen María)
«Un recreo en el que no se habla de la Virgen no tiene ningún atractivo para mí» (Teresita de la Virgen María).

* Una profecía es la predicción cierta de un hecho futuro y libre que actualmente no se puede prever. Depende de la exclusiva voluntad de Dios y de la libertad de los hombres.

* Un milagro es un hecho sensible histórico y extraordinario que supera las fuerzas de la naturaleza, realizado por Dios. En el santuario de la Virgen de Lourdes ocurren milagros todos los años.

* En las guerras actuales se usan las armas sofisticadas. No sé nada de ese tema. Sí me estoy dando cuenta que el arma más eficaz para arrancar la fe a muchos son los medios de comunicación social.

* En 1965, Eugenio Vegas Latapie escribe el libro: «Consideraciones sobre la democracia» Trae este dato: un intelectual de Oslo ha registrado 300 definiciones sobre el concepto «democracia» ¿Qué es la democracia? ¡La «democracia»! La tiranía de los ilustrados, de los sin Dios.

*En un Twitter manifesté mi extrañeza de tantas personas que habla de «un encuentro con Cristo» Nuestro Señor Jesucristo puede hacerlo y lo ha hecho con los místicos y santos. Pero tengamos cuidado con el kantísimo y sujetivo que se está colando por sacristías y noviciados. A Cristo lo conocemos por la virtud de la fe. Y al conocimiento de la existencia de Dios se llega por la razón.

* «Es necesario que los católicos españoles sepáis recobrar el vigor pleno del espíritu, la valentía de una fe vivida, la lucidez evangélica iluminada por el amor profundo al hombre hermano». «Gracias España, gracias Iglesia de España por tu fidelidad al Evangelio y a la Esposa de Cristo». «Decir España el decir María». «Me urgía reconocer y agradecer, ante toda la Iglesia vuestro pasado evangelizador. Era un acto de justicia cristiana e histórica». «Tengo confianza y espero mucho de la Iglesia en España». «Tenéis delante una gran empresa». (San Juan Pablo II)