«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis. Vosotros rezad así: «Padre nuestro del Cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno». Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del Cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas».

Mossèn Manel

* “No fue el hombre creado para sufrir; el dolor es el fruto amargo del pecado”.

* La democracia va de mentira en mentira. Dice que no hay verdad, su dogma fundamental es que no existe la verdad.

* Al pie de la cruz estaba María Santísima y las mujeres. Las mujeres devotas de la Virgen María salvarán al mundo.

* Nuestro Señor Jesucristo multiplicó miles de peces y panes. Si hace falta multiplicar las vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa Jesús las multiplicará. Empecemos a pedirlas al Señor.

* En la transfiguración del monte Tabor, también se oyó la voz del Padre que decía: “Este es mi Hijo amado, en el cual tengo puestas mis complacencias; escuchadle” (Mt 17, 5; Mc 9, 7).

* Al empezar su evangelio dice San Juan: “Al principio era el Verbo y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios… y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros y hemos visto su gloria, gloria como unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn. 1, 1-18).

* Natanael, extrañado por lo que Jesús le había dicho, pregunta al Señor: “¿De qué me conoces?” Le respondió el Señor: “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi”. Le respondió Natanael: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel” (Jn 1, 48-49).