
Recapitulada por el P. Cano
– DOMINICOS
Casi al mismo tiempo que los franciscanos, Santo Domingo fundaba la Orden de Predicadores. La nueva Orden surge para contrarrestar el influjo de la herejía, mediante la formación religiosa del pueblo, y para organizar y sistematizar el estudio de las grandes cuestiones filosóficas y teológicas en las nuevas universidades europeas.
Santo Domingo nació en Caleruega, hacia el año 1170. Canónigo de Osma, destacó por su doctrina y su ardiente celo por la salvación de las almas. Junto con otros sacerdotes de Montpellier se dedicó a misionar el sur de Francia, infectado por la herejía albigense. Más tarde se estableció en Toulouse y allí reunió los primeros compañeros. El obispo Fulco le apoyó y aprobó su nueva comunidad.
Los misioneros dominicos, con su vida pobre y penitente, garantizaban su predicación ante los ojos del pueblo que había sido seducido por la ostentosa austeridad de los ministros propagadores de la herejía.
El año 1215 Santo Domingo y el obispo tolosano Fulco viajaron a Roma para que el Papa aprobase la nueva Orden. Pero tuvo que esperar un año hasta que Honorio III aprobara solemnemente la nueva Orden de Santo Domingo.
En 1217 Santo Domingo envió a los primeros misioneros a lejanas tierras. En 1220 se reunió el primer Capítulo en Bolonia. El Capítulo reconoció a los Predicadores como Orden mendicante. El fundador perfiló la estructura de la Orden con unos estatutos que fueron incorporados a las primeras constituciones.
Tras la muerte de Santo Domingo (1221), la Orden, dirigida por su sucesor, el beato Jordán de Sajonia, se extendió por toda Europa, y antes de un siglo contaba ya con 18 provincias y 10.000 religiosos. El tercer general de los dominicos, San Raimundo de Peñafort (1238-41) reorganizó y dio su forma definitiva al conjunto legislativo de la Orden.
Desde un principio los Romanos Pontífices encomendaron a los Padres Predicadores la Inquisición; los Dominicos quedaron constituidos como los inquisidores por antonomasia.
Los Dominicos brillaron como figuras de primera magnitud en el desarrollo de la escolástica.
Junto a los Dominicos se desarrolló la rama femenina de las Dominicas. También se formó una Hermandad Seglar, llamada Militia Christi, de la que surgió la Orden Tercera de Santo Domingo.
Uno de los rasgos más típicos de la Orden dominicana y de su Santo fundador es su devoción a la Virgen. La Orden como tal se presenta como Orden de Nuestra Señora. Santo Domingo y sus Predicadores rezaban y propagaban el Rosario en todas sus misiones.