Es falso todo naturalismo pedagógico que de cualquier modo excluya o aminore la formación sobrenatural cristiana en la instrucción de la juventud; y es erróneo todo método de educación que se funde, en todo o en parte, sobre la negación u olvido del pecado original y de la gracia, y por tanto sobre las fuerzas solas de la naturaleza humana.
Pío XI: Divini illius Magistri, 45.